El ejercicio le hace bien a su cuerpo, pero, ¿está demasiado ocupado y estresado como para incluirlo en su rutina? Espere un segundo, tenemos buenas noticias con respecto a la actividad física y al estrés.
Prácticamente, cualquier forma de ejercicio, desde los aeróbicos hasta el yoga, puede ayudar a aliviar esta sensación. Aún si no es deportista o incluso, si no está en forma, un poco de ejercicio puede contribuir en gran medida al manejo de esta afección.
Descubra la conexión entre hacer ejercicio y el alivio del estrés, además de por qué la actividad física debería formar parte de un plan de manejo, según expertos de Mayo Clinic.
El ejercicio aumenta su salud general y su sentido de bienestar, lo que aporta energía a su ritmo de vida todos los días. Pero también tiene algunos beneficios directos que combaten el estrés.
- Aumenta las endorfinas: la actividad física ayuda a aumentar la producción de los neurotransmisores del cerebro que nos hacen sentir bien, denominados endorfinas. Aunque esta función con frecuencia se describe como la satisfacción que se siente al correr, un partido de tenis emocionante o una caminata para disfrutar de la naturaleza también pueden generar la misma sensación.
- Es una meditación en movimiento: después de un vertiginoso partido de ráquetbol o de varias vueltas en la piscina, a menudo notará que se olvida de los disgustos del día y se concentró únicamente en los movimientos de su cuerpo. A medida que comience a deshacerse con regularidad de las tensiones diarias a través del movimiento y la actividad física, tal vez descubra que este enfoque en una sola tarea, a la vez que la energía y el optimismo que generan, pueden ayudarle a mantener la calma y la tranquilidad en todo lo que hace.
- Mejora su estado de ánimo: el ejercicio periódico puede aumentar la confianza en sí mismo, puede relajarlo y ayudarlo a disminuir los síntomas relacionados con depresión leve y ansiedad. El ejercicio también puede mejorar el sueño, que a menudo resulta afectado por el estrés, la depresión y la ansiedad. Todos estos beneficios pueden reducir los niveles de estrés y darle una sensación de dominio sobre su cuerpo y su vida.
Saque provecho del ejercicio y el alivio del estrés. Un programa de actividad física exitoso comienza con unos simples pasos.
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- Habla con su médico: quizás sea conveniente que hable con su médico antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios si hace un tiempo que no se ejercita o si tiene problemas de salud.
- Camine antes de correr: aumente su estado físico de manera progresiva. La emoción por comenzar un nuevo programa puede dar lugar a un exceso de ejercicio y, posiblemente, causar lesiones. Para la mayoría de los adultos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos recomienda un mínimo semanal de 150 minutos de actividad aeróbica moderada (como caminar a paso ligero o nadar) o de 75 minutos de actividad aeróbica intensa (como correr). También puede hacer una combinación de moderada e intensa. Además, realice ejercicios de fortalecimiento muscular al menos dos veces por semana.
- Haga lo que le guste: prácticamente cualquier forma de ejercicio o movimiento puede aumentar su estado físico y disminuir el estrés. Lo más importante es elegir una actividad que disfrute. Entre los ejemplos se incluyen caminar, subir escaleras, trotar, andar en bicicleta, practicar yoga, taichí, hacer tareas de jardinería, levantar pesas y nadar.
- Reserve un día para hacer ejercicio: a pesar de que su agenda pueda requerir un entrenamiento matutino un día y una actividad por la tarde el siguiente, reservar un momento para moverse todos los días ayuda a que su programa de ejercicios se convierta en una prioridad permanente.
Siga su rutina de ejercicio: comenzar un programa de ejercicios es apenas el primer paso. Aquí le damos algunos consejos para seguir una rutina nueva o retomar un entrenamiento que ya lo agotó:
- Establezca objetivos: tome nota de objetivos específicos, cuantificables, posibles, relevantes y de tiempo limitado. Si su estrategia principal es reducir el estrés en su vida y recuperar energías, sus logros específicos pueden ser comprometerse a caminar durante la hora del almuerzo tres veces por semana o, de ser necesario, buscar una niñera para que cuide a sus hijos mientras va a una clase de ciclismo.
- Busque un amigo: saber que alguien lo espera en el gimnasio o el parque puede ser un gran incentivo. Entrenar con un amigo, un compañero de trabajo o un familiar con frecuencia aporta un nuevo nivel de motivación y compromiso con el entrenamiento.
- Cambie su rutina: si siempre ha sido un corredor competitivo, analice otras opciones menos competitivas que puedan ayudarle a reducir el estrés, como pilates o clases de yoga. Como beneficio adicional, estos entrenamientos más tranquilos y suaves pueden mejorar su capacidad de correr y, al mismo tiempo, reducir el estrés.
- Realice ejercicio en intervalos: los periodos cortos de actividad también son beneficiosos. Por ejemplo, si no puede incluir una caminata de 30 minutos, intente hacer tres caminatas de 10 minutos. El entrenamiento con descanso, que supone breves periodos (60 a 90 segundos) de actividad física intensa casi con el máximo esfuerzo, se presenta como un modo seguro y eficaz de obtener muchos de los beneficios del ejercicio de mayor duración. Lo más importante es que la actividad física regular sea parte de su estilo de vida.