Con un repertorio de uno de los más brillantes compositores de la historia Johannes Brahms, el violonchelista mexicano Carlos Prieto ofrecerá hoy un concierto junto al pianista ruso Sergei Sichtkov en el auditorio Fabio Lozano.
Para Carlos, tocar el violonchelo, más que una profesión, se ha convertido en una pasión, pues cuenta con la compañía de un amigo de casi 300 años Chelo Prieto, que día tras día lo sigue en su travesía.
EL NUEVO SIGLO dialogó con el maestro acerca de la música de cámara mexicana y de cómo será su presentación esta noche.
EL NUEVO SIGLO: ¿Es su primera vez en Colombia o ya había visitado el país antes?
CARLOS PRIETO:No, hace rato que conozco Colombia, yo vine por primera vez hace casi 30 años y desde ahí vengo con mucha frecuencia por lo menos cada año o dos, de tal manera que he recorrido todo el país. He tocado en Tunja, Medellín, Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, así que he conocido muchas ciudades bonitas.
ENS: ¿Cómo espera que sea el concierto de hoy en la Universidad Jorge Tadeo Lozano?
CP: Yo tengo un maravilloso recuerdo de la Universidad y el fantástico auditorio en donde ya he tocado; entonces hoy voy a hacer una combinación, pues al inicio daré una breve charla titulada las aventuras de un violonchelo, luego voy a tocar una suite de baja para violonchelo solo y finalmente voy a tocar la primera sonata de Brahms con el pianista Sergei.
ENS: ¿Cómo mezcla la literatura y la música para que las dos sean perfectas?
CP: Pues no sé si es perfecto, pero hace muchos años me dedico a las dos actividades; yo empecé el violonchelo a los dos años de edad y cuando tenía 17 ya había dado un número pequeño de conciertos. Pero luego se interrumpió esta actividad porque como no me iba mal en matemáticas ni en física tuve que estudiar en el tecnológico de Massachusetts y allí hice una carrera de ingeniería y otra de economía y luego regresé a trabajar a México como ingeniero. Después de un tiempo dejé todo para retomar el violonchelo, pero ese proceso fue largo porque me dediqué muchos años al instrumento. Sin embargo, hace 50 años salió mi primer libro a raíz de mi estadía en la Universidad de Moscú y esa experiencia resultó ser tan interesante para mí que decidí escribir un libro al respecto.
ENS:¿Si le hicieran un homenaje, cuál sería el repertorio?
CP: Obras de Bach y claro de compositores latinoamericanos que tienen una cantidad de obras que serían perfectas para ser interpretadas.
ENS: ¿Cómo es la situación en este momento de la música clásica mexicana?
CP: México tiene mucha historia cultural y es más conocida la arqueología, la pintura y la literatura que la música clásica. Pero la música mexicana tiene una gran riqueza que viene desde la época precolombina y unos años más tarde tuvo unos compositores maravillosos que influenciaron la era independiente. Tal vez de los más conocidos serán José Pablo Moncayo, Silvestre Revueltas y Carlos Chaves, pero además de ellos hay muchos buenos compositores en el país, lo que pasa es que se puede hacer más.
ENS: ¿Todavía lo acompaña Chelo Prieto?
CP: Chelo Prieto no me abandona nunca. Además, muy pronto va a cumplir 300 años de edad y desde que llegó a mis manos hace 34 años me entró esa obsesión de averiguar algo de su historia y rápidamente empecé a descubrir tantas cosas interesantes que me convertí en el detective de la vida de un violonchelo y de ahí surgió mi último libro que relata las aventuras de mi violonchelo.
ENS: ¿Qué le parece la música de cámara colombiana?
CP: Muy interesante, es que he tenido la oportunidad de hacer el estreno mundial de tres obras colombianas, la primera fue una obra de Claudia Calderón, luego fue un romance de Francisco Atehortúa y este año estrené la obra de Francisco Zumaque Cantos de mi tribu; entonces me interesa mucho la música colombiana y quisiera seguir contribuyendo de alguna manera el repertorio del violonchelo de América Latina y de Colombia en particular.