El gran duque heredero de Luxemburgo, Guillermo, y la condesa belga Estefanía de Lannoy se casaron por lo civil este viernes en relativa intimidad, antes de la ceremonia religiosa del sábado, en la que se espera la presencia de la élite mundial.
La ceremonia civil fue celebrada por el alcalde de Luxemburgo, Xavier Bettel, en el ayuntamiento y no en el Palacio Gran Ducal de Luxemburgo, como ocurrió en los anteriores matrimonios de miembros de la monarquía luxemburguesa.
Al acto no asistió la prensa, tan solo los familiares y amigos, entre ellos el actual gran duque Enrique y la gran duquesa María Teresa, el padre de la novia, el conde Felipe de Lannoy, y los hermanos y hermanas de la joven pareja. La madre de la novia, la condesa Alix de Lannoy, falleció a finales de agosto.
Guillermo, a punto de cumplir 31 años, y Estefanía, de 28 años, recorriendo a pie y rodeados de sus familiares los pocos cientos de metros que separan el Palacio del Ayuntamiento, en el centro de la capital.
Estefanía, que con el matrimonio obtiene la nacionalidad luxemburguesa, lucía un traje de chaqueta beige, y Guillermo, con una barba morena bien cortada, vestía un traje oscuro, camisa blanca y corbata rayada.
Efectuaron el corto trayecto bajo los vivas de unos miles de luxemburgueses, incluidos más de 200 niños pequeños que agitaban banderas con los colores rojo, blanco y azul del Gran Ducado. También los observaron numerosos periodistas que vinieron a asistir a una de las citas más importantes del calendario mundano del año.
Se esperaba la presencia de numerosos miembros de familias reales en Luxemburgo para una cena de gala el viernes, y para la ceremonia religiosa del sábado a las 11H00 (09H00 GMT) en la catedral.
AFP