LA LLEGADA del Covid-19 a nuestro país se veía lejana. En el mes de febrero seguíamos con la rutina diaria de ir al trabajo, salir, compartir con la familia y amigos, comprar con la tarjeta de crédito, y demás actividades que eran normales para ese entonces. De repente, la vida nos cambió, entramos en cuarentena y se paralizó la economía.
“Fue en marzo cuando la realidad que conocíamos hasta ahora cambió y tuvimos que dar prioridad a cosas que en su momento pasábamos por alto. Era tiempo de empezar a cuidar nuestra salud y a quienes nos rodean; también, a ser más responsables con nuestras finanzas personales y familiares”, afirma Fabio Chavarro, gerente corporativo del Grupo Juriscoop.
La prioridad para todos es la salud, pero dos meses después empiezan a generarnos preocupación el empleo, las finanzas y la economía en general. Pero, ¿realmente en qué nos ha cambiado, financieramente hablando, esta cuarentena? Fabio Chavarro nos da las claves para afrontar estos cambios.
1. A ser más previsores: a muchos de nosotros, el confinamiento nos sorprendió sin un buen ahorro. “En estos días debe ser primordial aprender que siempre debemos ahorrar o invertir, ya que ese dinero extra se puede convertir en nuestro salvavidas en cualquier momento”.
Puedes empezar desde ya a ahorrar, por ejemplo, lo que antes gastabas en transporte, en salidas a comer o de ocio, viajes, ropa y otros bienes que no siempre necesitamos, ahora puedes empezarlo a guardar e ir creando ese fondo de emergencia para cuando sea necesario. “Si, por otro lado, ya tenías tu ahorro y tus ingresos no se han visto afectados, es un buen momento para pensar en invertir. Busca opciones financieras para que este dinero trabaje para ti y siga aumentando día a día”.
2. Ahora ya nos sentamos a realizar un buen presupuesto: antes, no veíamos necesario saber exactamente cuáles eran nuestros gastos e ingresos. Más o menos manejábamos el sueldo en función de los gastos grandes, como arriendo o hipoteca, servicios, transporte, mercado y cuota de los créditos. “Pero seguro que siempre dejaban por fuera los gastos hormiga, como almorzar en restaurantes, los snacks y cafés en el horario de oficina, algún que otro caprichito innecesario, las salidas, entre otros. Gastos que sin duda afectaban a nuestro bolsillo, llegando incluso, muchas veces a dejarnos sin dinero antes del fin de mes”.
Sin embargo, el presupuesto se ha convertido en un gran aliado para conocer con exactitud en qué gastamos y con qué dinero contamos para pasar el mes, logrando decidir dónde recortar y apretarnos el cinturón.
3. Empezamos a conocer y a usar todas las opciones de canales digitales que tiene nuestra entidad financiera: el encierro obligatorio no nos dejó más opción que hacer uso de la tecnología para pagos online, transferencias y solicitudes que antes se hacían de manera presencial en las oficinas. “Para nosotros como entidad financiera y cooperativa también ha sido un desafío, pues además de las opciones que ya teníamos disponibles para facilitar la vida de clientes y asociados, tuvimos que aumentar la infraestructura tecnológica y apoyar a todos en cómo se usan estos medios electrónicos” afirma Fabio. Y es que hay que reconocer que estos canales son muy útiles, rápidos y fáciles de usar.
4. A controlar los gastos: como bien sabemos, las prioridades cambiaron totalmente, y si antes no concebíamos no salir un fin de semana o necesitar esa prenda de ropa que habíamos visto en nuestro almacén favorito, ahora nos preocupamos por el bienestar de la familia y que todas las necesidades básicas estén cubiertas, echando mano de la imaginación para compartir, sin necesidad de tanto gasto. Por el momento hemos dicho adiós a los caprichos innecesarios y gustos.
“En definitiva en una crisis como esta, siempre debemos aprender lecciones y aprovechar oportunidades, ya sean como las que se mencionan aquí, de seguir aprendiendo día a día, o para organizar nuestro futuro de la mejor manera posible. Lo más importante es continuar trabajando duro día a día y siendo previsores para que a nuestros seres queridos no les falte nada”.