ESTA SEMANA el debate educativo se enfrascó en un tema que tiene de largo y de ancho: el uso del celular en los colegios; si se prohíbe, restringe o permite. De todos los sectores llegan opiniones, pero lo cierto es que cada vez tenemos unos jóvenes más pegados a las pantallas digitales que al mundo real y, por consiguiente, la reducción de la práctica deportiva y en eso, la escuela también tiene responsabilidad. Urge darle relevancia a la cultura deportiva desde el colegio.
Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en el mundo la obesidad en el rango de cinco a 19 años de edad ha aumentado en 10 puntos en los últimos cinco años. Hoy es uno de los problemas de salud pública a escala global y Colombia es uno de los países donde la obesidad infantil ha crecido más. De 18% de obesidad infantil registrada en 2013 en el país, se pasó a 24% en 2018. Eso en síntesis significa que de cuatro jóvenes colombianos uno es obeso.
La tarea es de la escuela también, por eso la OMS, en su informe, solicita aumentar las clases de educación física en los colegios. La recomendación es que sea un compromiso político sostenido de los gobiernos, que se incorpore en el currículo como un espacio académico y motivacional. Por ejemplo, Finlandia con el 20% de las horas de clase semanal dedicadas a educación física y Francia con el 14% dan una lección frente a la situación. En el país el promedio no llega a ser del 7% del calendario y el Ministerio de Educación ni siquiera la tiene en el radar. No hay indicadores, ni estándares, no propone metas y tampoco lo promociona en las políticas educativas. Es decir, se convierte en un espacio de relleno, varias veces sin profesionales capacitados para ello y donde se concibe que la hora o dos horas semanales que le dan a la asignatura se resuelven con darle vueltas trotando a una parte del colegio. Sin definir un verdadero plan deportivo.
Es curioso, varios jóvenes que no disfrutan de la clase de educación física en los colegios, se motivan cuando ingresan a un gimnasio o cuando descubren los beneficios de un deporte específico en la universidad. Los colegios de alta calidad del país tienen escuelas deportivas, no solo fútbol, también baloncesto, voleibol, danza, gimnasia entre otros, mientras eso ocurre el Gobierno no mira a la asignatura y los espacios deportivos formativos no se destacan o no existen.
El escritor austriaco Stefan Zweig en su libro memorias de un europeo, describe como era la escuela del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial. Afirma que es fría, lúgubre, húmeda, con poca ventilación con más espacios para la oración que para la recreación. Se admira de lo que surge después, pensar en espacios deportivos, en la ventilación, el aire libre y las actividades físicas como forma de despejar la mente, aportar en la reducción del estrés y de los problemas mentales. El deporte dirigido y acompañado no solo beneficia la salud física, el cuidado del cuerpo o previene la obesidad. También es el mejor compañero para disminuir problemas presentes en la escuela como la depresión, la ansiedad y el estrés.
Así que Ministerio de Educación y asesores educativos, hay que enriquecer el debate más allá de si los celulares están o no en el aula. Ojalá aparezca la política por la cultura deportiva, con metas e indicadores sobre la reducción de la obesidad, el cuidado del cuerpo, los programas de seguimiento y la reducción de los problemas sociales que hoy afectan en especial a la escuela pública.
Es hora de mostrar resultados y crear una política deportiva de la educación pública, y de igual modo exigir el aumento de las clases y una verdadera planeación en toda la educación privada. Ya son más de seis meses de nueva administración donde se han enfocado en quejarse y en producir poco. La educación integral se construye, y para eso es necesario aportar, innovar y trabajar. Que la salud física y mental de los estudiantes colombianos sea un motivo.