Venta de drogas, presencia de pandillas, hurtos y amenazas, principalmente, que otrora formaban parte de algunos entornos escolares, hoy han logrado trascender los muros tanto de colegios públicos como privados y ya hacen parte del escenario que diariamente enfrentan los jóvenes en sus salones de clases. Así se desprende de un reciente informe de la Personería de Bogotá en el que se entrevistó a más de 650 personeros estudiantiles de 19 localidades de la ciudad.

De acuerdo con el sondeo, en los colegios públicos el 70 por ciento de los entrevistados no se sienten seguros en sus entornos ni en sus recorridos, siendo los principales problemas de seguridad las pandillas, robos, venta de drogas, peleas, barras de futbol y amenazas. Entretanto, el 26% afirma no sentirse seguro dentro de los colegios públicos ya que ocurren los mismos conflictos, salvo las barras de fútbol, pero se agrega la discriminación.

En lo que respecta al entorno de los colegios privados, 44 por ciento de los alumnos manifiestan inseguridad por las mismas causales de los colegios públicos, agregándose el problema de los habitantes de calle, sobre todo cuando el estudiantado se dirige hacia sus casas. Al interior de las instituciones privadas, aunque el porcentaje disminuye, pues solo el siete por ciento dice sentirse inseguro, problemas como el matoneo, la discriminación y los robos angustian a los estudiantes.

La magnitud de la situación se evidencia claramente si se tiene en cuenta que en Bogotá existen alrededor de 2.140 colegios privados y 370 públicos con un número aproximado de un millón 700 mil estudiantes, entre ambas instituciones, que pueden ser objeto de los problemas ya mencionados.