A convertir a China en una “potencia marítima” en un marco de tensiones con Japón llamó el presidente Hu Jintao a la dirigencia del Parrtido Comunista Chino (PCC), que ayer inició su 18 avo. congreso y que marca el inicio de su eclipse al frente de la segunda economía mundial.
Hu, de 69 años, quien debe ceder su puesto de secretario general del PCC a Xi Jinping, de 59 años -y en marzo próximo transmitirle también la presidencia del país, abogó además por más democracia y advirtió que la corrupción endémica que sufre la sociedad china podría resultar "fatal".
En un discurso ante los más de 2.000 delegados del PCC, reunidos en Pekín en el solemne recinto del Palacio del Pueblo junto a la Plaza Tiananmen, Hu resaltó la importancia de convertir a China en una "potencia marítima", en momentos en que su país y Japón se disputan la soberanía de un archipiélago en el mar de China oriental que los chinos llaman Diaoyu y los japoneses Senkaku.
Pekín, que lanzó su primer portaaviones en septiembre, debe "mejorar su capacidad para la explotación de los recursos marinos, defender resueltamente sus derechos e intereses marítimos y convertir a China en una potencia marítima", dijo Hu durante un discurso de hora y media.
Estos comentarios hicieron saltar las alarmas entre los vecinos de China, especialmente de Japón, quienes observan con recelo cómo Pekín despliega su poderío naval en un contexto marcado por varias disputas por islas que podrían resultar ricas en recursos naturales y pesqueros.
Japón instó de inmediato a Pekín a utilizar su poderío de forma pacífica.
"No es sorprendente escuchar a líderes (de China) hablar sobre sus intenciones de empeñarse en actividades marítimas. Pero esas actividades deben llevarse a cabo de forma pacífica, basadas en la ley internacional", declaró una portavoz del ministerio japonés de Relaciones Exteriores.
Tras referirse a "problemas entrelazados" que pueden afectar a su supervivencia, Hu dijo que China debe construir "una fuerte defensa nacional y unas poderosas fuerzas armadas" que correspondan a su "rango internacional".
Por otro lado, Hu Jintao resaltó la importancia de las reformas políticas, un aspecto en el que su balance es juzgado bastante endeble.
"La reforma de la estructura política es una parte importante de las reformas globales de China. Debemos continuar nuestros esfuerzos, activa y prudentemente, para proseguir la reforma de la estructura y extender la democracia popular", declaró.
"Debemos otorgar más importancia al mejoramiento del sistema democrático con el fin de garantizar que el pueblo pueda tener elecciones y decisiones democráticas", agregó.
La corrupción también ocupó un lugar destacado en el discurso de Hu, quien advirtió que "puede provocar el derrumbamiento del Partido y del Estado". "Si fracasamos en el tratamiento correcto de este asunto", ello podrá resultar "fatal", recalcó.
China se vio sacudida este año por varios escándalos político-financieros en los que estaban implicados las familias de altos dirigentes, entre ellos un miembro del Buró político, Bo Xilai, excluido del Partido y en espera de juicio.
El Partido "va a garantizar que los dirigentes respetan la ley en actos y pensamientos", prometió Hu./AFP