Que pese a los problemas económicos y la decepción de algunos de los que votaron por él en 2008 merece otros cuatro años en la Casa Blanca es el mensaje que el presidente Barack Obama transmitirá esta semana a los estadounidenses.
Con su cargo en juego, el mandatario usará la Convención Nacional demócrata que se inicia mañana para enfrentar las críticas republicanas de que su elección fue histórica y debidamente celebrada, pero su presidencia un fracaso.
El primer presidente afro-estadounidense insistirá en que quienes lo eligieron hace cuatro años no desperdiciaron su voto, pese a lo que dice su rival republicano Mitt Romney.
"Quienes se oponen al cambio siempre apuestan a las dudas" que afloran al final del mandato entre quienes lo apoyaron, dijo Obama ante una multitud de jóvenes, en el estado bisagra de Virgina la semana pasada, en lo que podría ser un adelanto del tono que daría a la convención.
"Ellos siempre apuestan a la falta de esperanza" y a lo largo de la historia estadounidense, han perdido esa apuesta", afirmó.
Obama admitió sin embargo que cree que pese a su reputación de buen orador, no ha comunicado adecuadamente a los votantes las claves y los logros alcanzados durante un mandato acosado por la crisis económica.
Los republicanos preguntan simplemente: "¿qué logros?".
En consecuencia, el discurso que pronunciará a la hora de mayor audiencia el jueves en Charlotte (Carolina del Norte, sureste), será una oportunidad inapreciable para adecuar su mensaje político a dos meses de una elección que se presenta muy incierta.
La principal tarea será refutar la retórica anti-Obama desplegada por Romney y su compañero de fórmula, Paul Ryan, la semana pasada en Florida.
El presidente "necesita neutralizar el mensaje que Romney y Ryan dieron a los votantes de que no ha hecho nada, de que se le terminó el tiempo y ha decepcionado a los estadounidenses", dijo Michael Kramer, profesor especializado en comunicación presidencial en la universidad St Mary's College (Indiana, norte).
La crítica más efectiva de Romney durante la convención fue que Obama no dio a los estadounidenses lo que más les interesa: prosperidad económica.
"Uno sabe que algo está mal con lo que ha hecho como presidente cuando la sensación más agradable que se tiene es la del día en que se votó por él", dijo el candidato republicano.
Ryan seguramente sorprendió a Obama atacando la imagen del presidente, quien se presenta como la personificación de la esperanza y el cambio.
Obama debe llegar a los decepcionados
Leila Brammer, profesora de comunicaciones y retórica en el Gustavus Adolphus College de Minnesota, dijo que estas críticas calan en los votantes indecisos y Obama necesita hacer más que defender su administración y hablar de la economía.
"Necesita realmente encontrar la manera de conmover" a la gente, dijo de un presidente que había prometido unir a una nación que parece cada vez más dividida cuatro años después de asumir el poder.
"La gente está decepcionada con él. No solamente en relación a la economía. También dicen 'confiábamos en él, era casi una confianza religiosa y nos abandonó", afirma Brammer.
Obama tratará de reencontrar su carisma el jueves, como lo hizo en 2008, cambiando los estrechos límites de una sala de convenciones por un inmenso estadio abierto abarrotado por 70.000 personas./AFP