Vuelve y juega el jugador | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Mayo de 2022

Vi con detenimiento la entrevista a Juan Manuel Santos en CNN, en el programa "Camilo". Advierto que este personaje de la política colombiana me resulta perturbador. Siempre lo he percibido disociado de su verdad más profunda: el desdén que experimenta por el resto de los colombianos y del cual hacía mofa desde mucho antes de su ingreso a la política activa.

Y aunque él mismo se presente hoy como "filántropo" y la máquina de la propaganda, nacional e internacional, nos quiera hacer creer que es un prócer "hacedor de paz", lo cierto es que ha sido uno de los provocadores del grado de odio que hay entre los colombianos. Uno de los artífices protagónicos de la polarización enfermiza que padecemos porque, o pensamos como él o sigue afianzando su "prestigio" sobre la calumnia al resto de sus compatriotas, llamando "enemigo de la paz" a un pueblo agotado por la guerra, pero que aún tiene dignidad.

Pero, considero que para la urgente operación de salvamento de la democracia colombiana bien vale un acercamiento entre Santos y Uribe. Y Santos, como hábil jugador, lo sabe. Por eso hizo visible su intención cuando dijo: "Me sentaría con él (Uribe) a hacer algún tipo de acuerdo, para bien del país".

En la misma entrevista quiso dejar ver que no era incondicional de Petro, al asegurar que "algunos han querido minar el resultado de las elecciones de antemano". Pero todos los que han estado en una mesa de juegos con él confirman que ninguna lealtad lo ata, como él mismo se lo expresó al periodista: "Las lealtades en política son siempre relativas...Uno tiene que ser abierto y flexible. En la política y en la vida uno tiene que adaptarse a las circunstancias. La traición es relativa".

Conocidos los personajes, que ya nadie se llame a engaños. Y a estas alturas de la contienda electoral, menos. Pero después de todas las maniobras que hizo Santos para tener alfiles en todas las candidaturas, sus fuerzas se ven menguadas. ¿Podría Santos confiar en la lealtad de Gustavo Petro o en la de su amigo Roy Barreras? Quedan por contar los votos de la "Coalición de la Esperanza". ¿Cuántos de estos irán a Petro? ¿Le queda a Santos algo que ofrecer? ¿Con qué cartas puede "cañar"? ¿Se podría esperar algo sincero de él?  Como colombiana que ha trabajado con víctimas y ex victimarios quiero seguir confiando esperanzada en descubrir lo mejor de los seres humanos.

En fin. He aprendido que en política todo voto suma y a nadie se puede dar por muerto electoral. Así que ojalá se diera un encuentro franco y directo entre Santos-Uribe y ojalá sin espías y sin cartas marcadas. Nuestra preciada democracia necesita hasta de la conversión de quienes la han traicionado.