Vandalismo no es rebeldía | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Marzo de 2021

Se trataba del Día de los derechos de la mujer, que es también -por qué no- el de sus deberes. Luego de las marchas, cuestionadas de por sí por su aglomeración en medio del contagio del covid-19, ante una protesta, otra vez alimentada con hechos violentos, quedó un dolor no sólo por el patrimonio espiritual y cultural afectado sino también porque fue opacada su esencia.

Reacciones en las redes no se hicieron esperar. Cristian Rojas González, director de la Fundación nueva Democracia, en su cuenta de Facebook, publicaba: “Hoy el feminismo vandálico también intentó quemar la iglesia de San Francisco. Se hubieran podido entrar, habrían acabado con este tesoro como hicieron con la Iglesia de la Asunción en Santiago de Chile…”

Entonces Luisa Lasso, en respuesta, escribía: “Sin llegar a excusar los hechos ¿por qué nunca se preguntan el por qué alguien actuaría de esa manera? Parece una medida desesperada y no creo que su justificación sea el vandalismo por vandalismo…” y Angela Ovalle, por su parte, decía: “Ella no lo está legitimando. Está diciendo que si no se ataca el problema de base va a seguir pasando, porque este vandalismo se está usando como una forma de expresión de un mensaje que nadie quiere oír…” Entramos en argumentos del fin no justifica los medios, del respeto a la integridad física y cómo la rabia despierta también la del otro, pasando la protesta, como un camaleón, a físico vandalismo.

En consideración, vale la pena traer el reciente discurso de Alejandro Fernández, líder del Partido Popular de Cataluña, sobre los hechos de rebeldía que pueden limitar el vandalismo. Estos son algunos apartes: “Quiero dirigirme a los jóvenes catalanes: de izquierdas, de derechas, nacionalistas, catalanistas, españolistas, me es igual su ideología. Y quiero pediros que seáis rebeldes pero rebeldes de verdad: no le entreguéis vuestra alma a ningún político, a mí tampoco, pero mucho menos a aquellos que os piden que arriesguéis vuestra integridad física…

No hay nada más rebelde, no hay nada más rebelde, que ser dueños de vuestro propio destino… echareis de menos cada día que faltéis a clase para nada: cuando vayáis a buscar trabajo, cuando tengáis que salir aquella jungla que a veces se convierte la vida, no estarán… para ayudaros, estaréis solos, con vuestros conocimientos, experiencias, ilusiones, también con vuestros temores. Cuando eso suceda, lamentaréis haberle entregado ni siquiera medio minuto a políticos sin escrúpulos que intentaron utilizaros como escudos humanos, como kamikazes para una causa perdida y absurda”

Quiero pediros, jóvenes …que respetéis a vuestros mayores, que respetéis a vuestros mayores, porque, cuando falten, lo único que os consolará es saber que estuvisteis siempre a su lado y no haciendo el idiota por ahí.

Ser rebelde es asumir las propias responsabilidades de verdad: no quemar mobiliario urbano y culpar a los demás de los propios errores. Ser rebelde no es agredir a nadie, eso lo hace cualquiera. Cualquier animal. Eso es muy sencillo.

Ser rebelde es contener los peores instintos y ser capaces de convivir civilizadamente. En definitiva, ser rebelde, amigos y amigas, es ser humanos, no comportarse como animales, enloquecidos. Os toca elegir que queréis ser. Yo no pierdo la esperanza”.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

Uribemariaelisa@gmail.com