¡Y nada pasó!
Con este comentario no quiero poner en tela de juicio, la profecía de los Mayas, que si bien existen huellas importantes sobre su existencia, también han contribuido a aclarar muchas dudas sobre el Universo; por lo tanto, es conveniente que quienes están a cargo de tan importante acervo histórico, lo manejen con seriedad, sin permitir que sus fuentes se contaminen con falsas interpretaciones como las que acaban de ocurrir.
Tanto la prensa nacional como Internacional, se ocuparon durante el año que termina sobre la profecía del calendario Maya, que según expertos e investigadores la culminación de una era y el inicio de otra. Sin embargo, vimos cómo se tejieron a su alrededor falsas teorías, que en los actuales momentos, deben ser millones las personas en todo el mundo avergonzadas con semejante engaño y exageración.
Definitivamente los gomosos del fin del mundo, basados en fuentes apocalípticas y otras creencias, pronostican o se inventan todo tipo catástrofes, entre ellas la del fin del mundo del pasado 21 de diciembre. Lo más grave es que detrás de todas estas fantasías se esconde toda una orgía de charlatanes, estafadores, y sectas religiosas, ávidos de pescar incautos para robarles lo que tienen.
Por eso, es muy conveniente analizar con cabeza fría lo que se esconde detrás de todo este embrollo, después de sacudir a la opinión pública con sobresaltos preventivos, que incluyeron sitios de refugio, pólizas de seguros, e implementos personales de protección para sobrevivir a la catástrofe anunciada.
Hay cientos de organizaciones de nivel mundial, - casi con la categoría de empresas multinacionales-, encargadas de promover, sin ningún fundamento toda esta parafernalia de desaciertos.
Recordemos cómo estas organizaciones inescrupulosas desde hace bastante tiempo vienen buscando la forma de crear impactos, soportados en falsos estados de alerta de catástrofes. Hace doce años con la entrada del nuevo milenio fueron muchas las especulaciones que crearon hasta el punto que miles las víctimas cayeron en sus fauces hasta quedar en la miseria.
Existen sectas religiosas tan peligrosas, que es recomendable que cuando aparezcan en los municipios, vereda, sector o barrio, bien vale la pena hacerles seguimiento desde el punto de vista de su constitución, objetivos y misión, con el fin de que nuestros niños y niñas, menores de edad, no vayan a ser víctimas de sus aberraciones que con frecuencia ocurren.
Estos individuos u organizaciones, empiezan por estudiar el estado económico de las personas o víctimas que viven solas, o tienen problemas de orden familiar: calamidad doméstica, crisis sentimental; con el fin de empezar a trabajarlas, vinculándose de lleno a sus vidas, inicialmente con el pretexto de darles asistencia espiritual y humanitaria, cuando ya las tienen al acecho, bajo su estricto control, les hacen traspasar todos sus bienes, desocupar sus cuentas bancarias, entrega de joyas, y en fin, todos sus haberes en general, con el pretexto de que los bienes terrenales no son prenda de garantía para acceder al Reino de los Cielos.
Quisiéramos que las autoridades, que son tan oportunas, para expedir Personería Jurídica, a cuando engendro religioso, lo solicita, reportaran a la opinión pública la relación de los damnificados por estos casos, especialmente los del 21 de diciembre pasado. Sabemos de buena fuente que en Colombia, fueron varias las donaciones hechas por ciudadanos de muy buena fe, a organizaciones fantasmas.