“Fortalecer a diáspora para impulsar cese de  usurpación”

El Senado de Estados Unidos (dominado por los Republicanos) ha rechazado el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los venezolanos en ese país.

Curiosamente, la Cámara de Representantes, bajo control de los Demócratas, había aprobado la iniciativa por 272 votos a favor (incluyendo 39 Republicanos) y 158 en contra. 

Compungido, el senador B. Menéndez, promotor de la iniciativa en compañía del también senador M. Rubio, expresó que "... Una vez más los Republicanos bloquean un TPS para los más de 200 mil venezolanos en Estados Unidos.  Es inaceptable que sigan ofreciendo palabras vacías, en vez de una acción concreta".

En efecto, semejante negativa tiene efectos traumáticos.

1-. Paradójicamente, el partido, pero también el propio presidente Trump, anteponen el prejuicio ideológico antiinmigración al factor estratégico clave, que es fortalecer a la diáspora para impulsar el cese de la usurpación.

Está claro que Trump ha hecho esfuerzos para remarcar con claridad las diferencias entre el inmigrante legal y el ilegal, al tiempo que ha tratado de identificar con precisión aquellas áreas del globo que por su convulsa situación, generalmente adversa a los intereses norteamericanos, requieren un tratamiento más riguroso que otras.

Por tal razón, resulta contradictorio que el partido Republicano no capte con suficiente lucidez la enorme ventaja que supone la protección temporal de una comunidad que, mayoritariamente, ha combatido y sigue combatiendo al despotismo de Miraflores.

2-. El entorno Republicano no logra entender que el TPS robustecería a esa diáspora, fortaleciendo así el tejido socio-empresarial que tan importante resultará en el momento en que la dictadura caiga, pues será  ella, en buena parte, la que garantice y agilice tanto la cooperación internacional como la reconstrucción nacional.

Precisamente ahora que el secretario de Comercio, W. Ross, ha dicho que tan pronto como Juan Guaidó tome el poder será urgente inyectar capital para sustituir el socialismo y garantizar la libre empresa, resulta inquietante que el conservatismo siga asociando la protección temporal de los venezolanos al fenómeno migratorio como un todo, negando así las virtudes de un ‘enfoque selectivo’ cuya rentabilidad no es inmediata pero, sin duda, será muy alta en el mediano plazo.

3-. Los delegados del presidente Guaidó en las negociaciones que transcurren en Barbados sufrirán un golpe demoledor que reducirá significativamente su margen de maniobra.

4-. Aunque los senadores norteamericanos que promueven la iniciativa no cejarán en la búsqueda del TPS, la actitud Republicana generará, irremediablemente, una frustración profunda entre los venezolanos, tanto en aquellos que residen en los EE.UU. como entre los seguidores del presidente Guaidó, que viven en su país.

Eso significa que, inevitablemente, se creará una profunda brecha de desconfianza estratégica entre aliados que puede afectar sensiblemente la unidad de acción que tanto se requiere para lograr el cambio de régimen y la transición hacia la democracia en Venezuela.

Primero, en Venezuela; y luego, en el Caribe entero.