Tapando el rabo de paja | El Nuevo Siglo
Lunes, 31 de Enero de 2022

A medida que se acerca el 13 de marzo para la jornada de elecciones y consultas (quedan 40 días), y mientras las encuestas sobre intención de voto no presentan una significativa variación desde el año pasado en cuanto al orden de preferencias, se han producido movidas en las coaliciones para las consultas interpartidistas que definirán sus candidatos a la elección presidencial de mayo; sobre todo en las del centro y la derecha. Dichas movidas comprenden estrategias como la decantación de precandidaturas, pasando por el ajuste del discurso y la imagen, hasta la búsqueda y recepción de apoyos políticos. Y donde taparse el rabo de paja es una estrategia más generalizada de lo que parece.

En relación con las precandidaturas, destaca la crisis que generó en la derecha la resistencia a la entrada del candidato del CD, Oscar Iván Zuluaga, a la coalición Equipo por Colombia. Dividiéndose así el voto uribista en las consultas y posibilitando a los partidos de la coalición de gobierno tratar de deslindarse, apoyando otros precandidatos. Pero, les ha resultado muy difícil mostrarse como opción de cambio. Pues no ha sido suficiente con el táctico rechazo a Zuluag; ni con el giro de imagen en portada de revista tratando de caracterizar a Federico Gutiérrez, como “un candidato del pueblo”; ni del discurso con el estribillo “no se trata de derecha ni de izquierda” que introduce forzado Enrique Peñalosa para mostrase no tan al extremo, buscando votos en el centro.

Del otro lado, en la coalición Centro Esperanza, la entrada de Alejandro Gaviria como precandidato ha sido motivo de tensiones, y seguramente lo seguirá siendo por su necesidad de sumar apoyos, y su inexorable predisposición a conseguirlos en sectores políticos cercanos a la coalición del gobierno Duque. Y la entrada de Ingrid Betancourt como precandidata sorprendió. Pero, más aún su casi inmediata salida por serias discrepancias sobre dos apoyos políticos recibidos por Gaviria.

Y es que justamente el tema de los apoyos políticos ha generado alta tensión en todas las coaliciones. Especialmente en Centro Esperanza. Pues, en estas movidas, cada vez es más difícil el camuflaje para tapar el rabo de paja de quienes han jugado con destreza en la coalición de gobierno y en la política tradicional. Así mismo, es arriesgado tratar de minimizar la discusión argumentando que nadie tiene suficiencia moral para reprochar un apoyo o que el asunto se debe tratar en privado. 

La política electoral es dinámica y sumar voluntades es esencial, sobre todo cuando se trata de construir coaliciones sobre la base de principios y acuerdos programáticos, los cuales deben operar como limitantes y condicionantes de los apoyos políticos. 

Por ello, resulta pertinente recordar lo escrito por Carlos Lleras Restrepo, hace treinta años, al referirse al problema del clientelismo: “Muchas gentes no trabajaban políticamente dentro de la organización oficial del partido, sino que se habían convertido en miembros de la organización política de una determinada persona, en su clientela.” Y luego advertía sobre las consecuencias: “Cada aspirante a un cargo representativo trata de formar sus fuerzas electorales con base en su clientela. La ejecución de los programas del partido, las orientaciones generales de la política pasan a segundo término.” (Nueva Frontera-1/4/1991).

@Fer_GuzmanR