Pecado de perder teniendo todo para ganar
Empezó la contienda electoral y parece que todos se la están tomando en serio menos el uribismo. El Gobierno y Petro están dedicados a repartir mermelada, Buen Gobierno dirige la campaña de la Casa de Nariño, la izquierda revive viejos muertos, desempolva las banderas del M-19 y de la UP e intenta reagruparse alrededor de las elecciones, aprovechando la lavada de cara que Santos le está dando a las Farc. Hasta el Partido Conservador entendió que tenía que nombrar a Omar Yepes, gracias a que éste sabe ganar elecciones a pesar de sí mismo. Todos parecen tener una estrategia, y como no cuentan con respaldo popular, acuden a los viejos métodos de los puestos y las coimas, se organizan y aunque seguro lo hagan mal, toman decisiones.
Por otro lado está el uribismo, con respaldo popular pero sin estrategia y ahora sin poder y sin partido, es un ejército fuerte pero sin generales y le será muy difícil ganar elecciones sin tomar decisiones. La figura del expresidente Uribe y sus políticas de gobierno, le garantizan al Centro Democrático la fidelidad electoral de un amplio sector de la sociedad, sin importar los candidatos. Pero la ausencia de un jefe de partido, que dé órdenes y tome decisiones, puede conducir al fracaso.
¿Quién será el candidato a la Presidencia? ¿Las listas al Congreso serán abiertas o cerradas? ¿Entrarán viejos políticos a dichas listas? ¿Se dejarán meter golazos como aceptar al hijo de Roy Barreras en el partido? Ya es hora de que todo esté claro y definido. La indecisión es la peor equivocación por miedo a equivocarse y si el expresidente Uribe no pone la casa en orden, sus lugartenientes terminarán canibalizados.
Tal vez, el expresidente Uribe no interviene esperando a que las cosas se organicen naturalmente, para que gane el mejor o el más fuerte, pero eso puede ser muy costoso cuando no hay tiempo. Permitir que en medio de egos, pretensiones, viejas diferencias, o lo que sea, sus segundos tomen decisiones, puede terminar muy mal. La política, para ganar elecciones, requiere cierta dosis de buenas ideas, algo de trayectoria, buena y eficaz comunicación, pero sobre todo, muchísima organización. Y esto último parece ser lo que le falta al uribismo, aunque paradójicamente sea lo más fácil de conseguir.
Dicho lo anterior, el uribismo no se puede permitir ir a elecciones para no ganar, y en este caso, solo ganará si gana mucho, con fuerza, con gran ventaja sobre los demás. Un triunfo simple sería una derrota para el expresidente Uribe, esta vez no hay segunda oportunidad, tiene que ganar las parlamentarias o en las presidenciales estará perdido.
Uribe esta solo con el pueblo, pero esta vez no solo es él, tiene un partido que arrastrar y él parece ser su único activo. Estas elecciones al Congreso serán un duro pulso entre Santos y Uribe, donde la Casa de Nariño, y hasta las Farc, no solo le apuestan a ganar sino, y sobre todo, a que Uribe pierda.
@shoyos
*Profesor Universidad Sergio Arboleda