Reflexiones poselectorales | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Junio de 2018

En frente al resultado de las pasadas elecciones, las primarias como me he tomado la libertad de bautizarlas, debo rectificar mi escepticismo con respecto a las encuestas.  Bien parece que en este caso acertaron; de lo que acaba de suceder resultan los escogidos por los votantes coincidieron con lo que señalaron.  No tengo a la mano los porcentajes que a cada uno se les adjudicó, pero de éstos se deducía que la final sería como efectivamente va a ser.

En forma independiente de los gustos o la manera como cada ciudadano votó, hay que reconocer que fue un espectáculo formidable de libertad de expresión dentro de la cual las personas dijeron a través de su voto lo que pensaban y deseaban para el país. El análisis pormenorizado o detallado de lo que sucedió permite hacer toda clase de reflexiones.  Una de ellas y es la primera que se ocurre, es la del cambio del espectro político nacional, así como el de sus protagonistas.  La copiosa votación a favor de Duque así como la que obtuvo Pero nos llevan a pensar que en las manos de ellos estará el esquema político nacional.  Los protagonistas hasta ahora conocidos parece que pasaron a uso de buen retiro.  No a otra conclusión se puede llegar al observar cómo personajes que siguen gozando del respeto nacional quedaron tendidos en la arena de esta confrontación.

Estas observaciones son válidas por el momento para todo el esquema político, salvo el que representa Álvaro Uribe quien sin lugar a dudas es un fenómeno absolutamente consolidado en la opinión pública que no habíamos conocido antes; tal vez Jorge Eliécer Gaitán en su momento fue un fenómeno que en alguna forma se puede comparar, salvo que no pudo ganar elecciones como lo hizo Uribe el pasado 27 de mayo. Algo así era desconocido.

Vargas Lleras es un personaje conocido por su trayectoria exitosa de servicios a la nación. Su último cargo como vicepresidente lo desempeñó con altura y dignidad, de tal naturaleza que cuando decidió abandonar el sector público hubo un cierto convencimiento que sería el próximo presidente del país como reemplazo de Santos que en agosto próximo se le vencen los ocho años. El otro exvicepresidente es un hombre lleno de merecimientos por su trayectoria llena de resultados que la patria no ha acabado de agradecer y reconocer. Todos han sido llenos de sacrificios; haber manejado con dignidad y tino las conversaciones que nos han procurado la paz, es uno de ellos. Pero el país y su partido, el liberal, le deben un gran reconocimiento por haber llevado su representación con gallardía.

Fajardo el paisa ha sido la revelación por haber constatado como su manera de pensar caló en más de cuatro millones de votantes que quisieron que continuara como candidato para la segunda vuelta. No fue así, pero su respaldo en la opinión pública le dará las credenciales necesarias para ser un protagonista de los hechos futuros de la política colombiana.