Rafael Nieto Navia | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Marzo de 2015

“Artículo 40 otorga a ciudadanos control político”

ALGO INSÓLITO

La Constitución no vale un peso

El  artículo 40 de la Constitución otorga a los ciudadanos el derecho de control del poder político mediante la posibilidad de revocar el mandato. El artículo 103 dice que ese es un mecanismo mediante el cual el pueblo ejerce su soberanía.

El hoy exrepresentante Miguel Gómez Martínez inició en 2013 una recolección de firmas para revocarle el mandato a Petro. En diciembre de ese año, luego de que Petro ejerciera el sagrado derecho de pataleo con tutelas y otros recursos, la Registraduría aceptó las firmas, lo que significaba que debía convocar a los ciudadanos a votar por el sí o por el no. Aunque inicialmente fijó el 6 de abril de 2014 para el referendo revocatorio, luego de que se atravesaran tutelas y el Consejo de Estado, se aplazó la fecha  arguyendo que costaría 35 mil millones (o sea el 0.2% del presupuesto de Bogotá). Dicho de otra manera, sometió a un problema financiero nimio el derecho de los ciudadanos a ejercer un control político. En julio de 2014 el concejal Roberto Hinestrosa le solicitó a la Registraduría que cumpliera con su deber a lo cual se negó con el argumento financiero y con el de que la permanencia de Petro en el cargo estaba pendiente de los recursos contra la destitución por la Procuraduría que cursaban en el Consejo de Estado. Para entonces ya se había vencido el plazo para convocar elecciones atípicas y Petro gozaba de medidas cautelares otorgadas en su favor por un magistrado de ese tribunal.

Ahora, un año después, el Consejo de Estado ratifica las medidas cautelares otorgadas por el magistrado Gerardo Arenas  y, coincidencialmente, dos años después de que se entregaron las firmas, la Corte Constitucional ordena a la Registraduría convocar al referendo. Esto parece de locos o una trama para fortalecer a Petro. El Registrador dice que interpondrá un recurso de nulidad ante la Corte porque el proceso vale mucha plata.

Faltan solamente ocho meses para que acabe el mandato de Petro y seis para las elecciones de alcalde para remplazarlo. Las campañas ya avanzan. Es obvio que los amigos de la revocatoria no tienen dinero para una campaña adicional y en cambio Petro cuenta con los chorros del presupuesto. Se requiere, para la validez del proceso, que  más de un millón doscientos mil  ciudadanos salgan a votar y que la mitad más uno vote por la revocatoria. Una labor prácticamente imposible a estas alturas. Al  fracasar el proceso, Petro puede vanagloriarse de haber triunfado contra el complot que se armó contra él por ser de izquierda. Es el neo-chavismo en su máxima expresión.

Lo que es insólito es que los derechos constitucionales de los ciudadanos en materia tan importante y donde se jugó el destino de la ciudad, hubieran estado sujetos a unos cuantos pesos y a las demoras de las altas Cortes.

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Coda. En pleno cese al fuego bilateral las Farc queman vivo a un soldado y uno más murió y dos quedaron heridos por una mina.