Amigos, amigas
Recibo por la red social de Facebook el siguiente mensaje:
Buenos días a todos, as, como diría nuestro amigo el del pajarito. A mis amigas brasileras y uruguayas y de todo el continente que me siguen un abrazo solidario en la distancia.
Quiero agradecer a todos, as, su compromiso por la libertad en Colombia. Sé que el dolor es inmenso por la derrota sufrida en las pasadas elecciones. Sé que todos somos conscientes de la importancia que significaban estas elecciones para el sostenimiento de nuestra democracia como tal. Pero, la democracia es así. Debemos aceptar el resultado y pasar la página.
Terminé de leer por estos días un libro que se los recomiendo: Como habla Dios, de S. Collins. Tal vez, Dios, a través de esta derrota, nos está hablando de alguna manera para que nosotros seamos más conscientes de nuestra responsabilidad en la defensa de nuestros valores esenciales, fundamentales, como diría AGH cuyo caso va camino a la impunidad, después de 19 años.
A nosotros, los valientes, quienes votamos por Óscar Iván Zuluaga y en mi caso personal el apoyo incondicional a una valerosa mujer como lo es la Dra. Marta Lucía Ramírez, nos debe quedar la conciencia tranquila.
Nosotros obramos correctamente como mandan los cánones de quienes creemos en Dios. Sobre quienes votaron por Jms recaerá la responsabilidad histórica del resultado final de los próximos 4 años. No, sobre nosotros.
A los niños de Iván que se pasean a sus anchas en La Habana con una arrogancia infinita: sean conscientes que no le deben “mamar más gallo” a la sociedad colombiana. La sociedad colombiana exige de parte de ustedes un compromiso en defensa de la libertad, del respeto a las instituciones, del respeto a nuestras FF.MM. El pueblo colombiano espera de ustedes un gesto diferente al de la arrogancia con el cual pretenden imponernos a la fuerza un modelo económico y político caduco y obsoleto. El pueblo colombiano espera de ustedes un gesto de reparación y reconocimiento a las miles de víctimas.
A la fecha, por ejemplo, van más de 400 soldados y policías asesinados vil y cruelmente por las Farc y el Eln desde que comenzaron los diálogos habaneros. Pero a nadie le importa. Para ellos, ni una sola palabra de condolencia.
Presidente Santos: la convivencia y la armonía de los próximos cuatro años, depende de usted. Deje usted su ánimo pendenciero. No sea tan vengativo con su mentor Álvaro Uribe. Mire que el 45% de los colombianos le enviamos un mensaje claro y contundente. Su margen de error, por lo demás, es mínimo.
Así, las cosas, pasemos la página. No más insultos, no más groserías. Dejemos que sean los designios de Dios que nos guíen en nuestro camino. Que Dios los bendiga. Que tengan un lindo día. De ustedes: el último conservador de la sabana virgen. El último que queda. Amén.
@ragomezmar
*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI