Rafael de Brigard, Pbro. | El Nuevo Siglo
Domingo, 8 de Febrero de 2015

PROBLEMAS SIN RESOLVER

Vivir distraídos

NO  sé qué tan en serio se toman ciertos temas la mayoría de los colombianos, o peor, los dirigentes de la Nación. Son asuntos que los medios nos venden como fundamentales, pero que en realidad no lo son, sin que dejen de tener su importancia pequeña: las corridas de toros, el cuidado de los humedales, la ganas de crear familias sobre nuevos modelos, la lesión de James, la reina universal de belleza, el día sin carro y las ciclorrutas, la capa de ozono, Unasur, Radamel Falcao García, la selección -la que sea- , la corrupción de la FIFA y un largo etcétera. Estos y otros temas son de una importancia espectacularmente limitada y circunscrita a unos reducidos grupos de personas.

Sin embargo, existe el peligro de que por razones tan perversas como lo políticamente correcto, se roben la atención de los dirigentes, mientras hay tantos y tan graves asuntos nacionales aún por resolver. La sensación que transmite el ejercicio de la autoridad en Colombia es la de una dispersión digna de consultorio siquiátrico. No pareciera, aunque a lo mejor sí, que existiera el propósito de sacar adelante grandes proyectos materiales, sociales, morales. La dirigencia colombiana está enredada en el modelo y las prácticas del Estado que ella misma ha engendrado y que cada vez son más inmanejables y de una grado tal de intervencionismo, que no hay quién en verdad pueda hacer siquiera parte de lo mandado. Al final del día, tenemos unos dirigentes que pasan como en blanco en sus puestos y sus vidas muchas veces se quiebran sicológicamente. Y muchos problemas realmente graves, sin resolver.

El Evangelio es fantástico. Por ejemplo, en él, Jesús sugiere: “Busquen el Reino y todo lo demás se dará por añadidura”. Algo así como planeación estratégica en una sola frase. Como para preguntarse: ¿qué se les debe pedir a los dirigentes que hagan, para que lo demás simplemente sea el resultado de tener esos “pocos vitales” claros y bien trabajados? Y la pregunta quizá también es válida para la vida personal: ¿en qué vale la pena emplear la energía para que todo marche bien y se vean frutos importantes? Como quiera que sea, por momentos pareciera que nuestra dirigencia sufriera de un gran déficit de atención y de ahí que estemos rajados en tantos asuntos realmente importantes, aunque pasamos bien bastantes temas que no son sino costuras.