Colombia hace rato llegó al límite de inmigrantes que puede recibir, situación que se evidencia con las dificultades existentes para la atención en salud, alimentos y asistencia social a los ciudadanos venezolanos que en un número aproximado de 900 mil, cruzaron la frontera para quedarse o hacer tránsito con el fin de dirigirse con mayor facilidad a otros destinos como Estados Unidos, México, España, Argentina y Brasil.
Aunque las zonas con más presencia de migrantes venezolanos son Bogotá, La Guajira, Norte de Santander, Atlántico y Antioquia, según reporte de Migración Colombia, no hay municipio al que no hayan llegado, muchos ubicados en trabajos informales y otros tantos que se apoderaron de espacios públicos, como ocurre en Cali donde un buen número de personas se ubicó en el sector de la terminal de transportes, allí, en la calle, conviven jóvenes con niños y adultos mayores en busca de la caridad de los transeúntes, incluso con mujeres en estado de embarazo, en esa condición hay unas 4.000 en todo el país.
Esta situación además de generar un grave problema para las administraciones locales, siendo una de las causas del incremento de la inseguridad, deja en el desamparo a familias enteras que tuvieron que abandonar sus sitios de origen, escapando del hambre provocada por el régimen existente en el vecino país.
Es inconcebible que mientras el presidente de Venezuela disfruta de costosos manjares en finos restaurantes del mundo, sus connacionales tengan que buscar el alimento incluso en las canecas de basura y todo esto sucede con la indiferencia, en algunos casos hasta complacencia, de la comunidad internacional, que permanece impávida frente a los atropellos y violaciones que sufren nuestros vecinos.
Ni siquiera la denuncia hecha por Amnistía Internacional, en el sentido de que en Venezuela se presentaron 8.200 ejecuciones extrajudiciales en los últimos tres años, ha provocado la censura mundial en contra de Maduro.
Venezuela necesita regresar a la democracia. Atrás quedaron los días en que la nación vecina gozaba de la bonanza que ofrecía los ingresos del petróleo, siendo uno de los países económicamente más fuertes de América Latina.
Hay que denunciar el régimen de Maduro para que la Organización de Naciones Unidas por fin adopte medidas para acabar con las violaciones de los derechos de los venezolanos. Es hora de que el mundo ejerza presión para que haya un cambio de gobierno y se inicie el tránsito a la democracia.
Colombia no puede seguir tolerando que grupos ilegales se refugien en la frontera luego de cometer toda clase de delitos, esa es una realidad que se conoce desde que comenzó el régimen chavista. Con el retiro de Colombia de Unasur se sentó un grito de protesta contra un gobierno dictatorial como el de Maduro, se requieren más acciones de rechazo porque las consecuencias de la crisis venezolana afectan a Colombia con un fenómeno migratorio creciente.
@WilsonRuizO