Ambas se separan en el vértice del poder. Una cosa es diseñar una oferta programática para una campaña y otra es afrontar la realidad de esa propuesta para ponerla en práctica. Lo anterior no significa que el candidato tenga la intención de engañar a su electorado o que esté equivocado en la promesa, es que una cosa es ver los toros desde la barrera y otra en el ruedo.
Para el presidente electo sus promesas de campaña serán realidades en la medida que logre los apoyos políticos para que muchas de ellas pasen en el legislativo, por eso hábilmente está logrando un acuerdo nacional que permita llevarlas a la realidad, aunque no todas cristalizarán, pues las realidades macro y micro económicas juegan un papel importante en las decisiones, más aún cuando está nombrando ministros con experiencia y conocimiento de las realidades nacionales.
Petro se ha mostrado como un hábil político y líder de la izquierda, al punto que, por primera vez en los 200 años de vida republicana, Colombia había tenido un presidente izquierdista. En su formación política, en campaña se mostró como el líder antisistema, el rebelde contra el establecimiento, la promesa revolucionaria, pero ahora con la investidura presidencial asoma con perfil de estadista, el gobernante que busca la armonía alrededor de su gobierno, no repele la experiencia, conocimientos y capacidad de sus antagonistas de centro y de derecha, lo contrario, los invita a ser parte del gobierno mediante un acuerdo nacional donde todos caben, siempre y cuando ayuden a la paz, concordia y progreso de la nación.
Por eso las promesas de campaña son una y las realidades de gobierno otras, veamos por ejemplo algunas: la suspensión inmediata de la explotación petrolera, promesa que no se cumplirá, por lo menos en estos 4 años de gobierno, pues aunque se pretenda conseguir el sustituto a los ingresos del petróleo, cuando el precio del crudo esta al alza no es posible, como tampoco las exportaciones de aguacate hass que aún no se han sembrado. El cambio en la utilización de hidrocarburos por energías renovables es una gran iniciativa, pero depende de la evolución mundial en la sustitución de la movilidad aérea, terrestre y marítima de carburantes provenientes del petróleo a energías sustitutas. En fin, son tantas las promesas de campaña por cumplir que los 4 años de mandato no alcanzarían para darles cumplimiento, no tanto porque no se quiera, sino porque no se puede en tan corto tiempo, aun teniendo el aparato de gobierno a su favor y quizás una pequeña oposición que valida la democracia.
Finalmente, lo importante para nosotros los ciudadanos, lo que nos interesa es vivir en paz, tener trabajo, la educación de nuestros hijos y descendencia, la atención en la salud, el sano orden social, la seguridad ciudadana, la recreación, ver el progreso, que los sectores de la sociedad más desprotegidos sean atendidos, que exista una justa distribución de la riqueza y saber que tenemos un país maravilloso que merece lo mejor, en vez de estar en peleas, confrontaciones y muertes.
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