Petro debe cuidar la salud pública | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Octubre de 2022

Gustavo Petro ha llegado la Presidencia de la República precedido de una opinión pública cada vez más convencida de que debe lograr la paz total para que Colombia pueda, de nuevo, volver a avanzar en su desarrollo socioeconómico. Por eso tiene claro que necesita firmar esa paz con el ELN y con las disidencias de las Farc, así como con los grupos terroristas del Clan del Golfo.

Pero en su afán reformador, necesario desde luego, se ha encontrado que su ministra de Salud, está decidida a poner patas arriba al sector, incluso perjudicando las cosas que están funcionando bien como son ciertas EPS y en especial las prepagadas como Colsanitas. La señora Carolina Corcho está amenazando con hacer tabla rasa de todo el sistema lo que es una verdadera barbaridad.

Petro tiene que andar con pies de plomo, especialmente en estos asuntos tan sensibles para la vida de todos los colombianos. Una cosa es mejorar lo existente y otra muy distinta es crear problemas en donde no los hay.  Es muy importante cerrar filas en defensa de los buenos logros hasta hoy alcanzados y evitar acciones intonsas de funcionarios novatos.

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Es muy probable que cuando esta columna de a luz no se sepa todavía quien será el nuevo presidente de Brasil. Compiten el actual mandatario Jair Bolsonaro y el expresidente Lula da Silva, quien hace unos años gobernó con resultados bastante satisfactorios. No deja de llamar la atención que un político tan mediocre como Bolsonaro haya logrado escalar grandes alturas políticas en el vecino país.

Bolsonaro ha logrado el apoyo, casi fanático, de algunas sectas religiosas, de cierto tipo de empresarios y, sobre todo, de gente del campo. Las dificultades económicas de los últimos años han sido un caldo de cultivo para que se cristalicen sus aspiraciones demagógicas. Afortunadamente las encuestas le dan un promedio de quince puntos porcentuales de ventaja a Lula. Amanecerá y veremos.

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Todo indica que está en marcha un nuevo esquema de lo que serán las relaciones gobierno- oposición en el gobierno colombiano que recién se ha iniciado. Es muy diciente los dos encuentros que ya han tenido el presidente Petro y el expresidente Uribe. Por lo visto en ellos ha reinado la cordialidad y el respeto mutuo. Petro sabe que llegar a esos acuerdos con Uribe le pueden favorecer en su administración.

El expresidente Uribe es un hombre de "sangre caliente", pero también profundamente reflexivo y no es dado a pataletas sin sentido. Uribe es, ante todo y sobre todo, un patriota y cuando dice que quiere ayudar desde la orilla de la oposición hay que creerle. Además, a Uribe lo acompaña un buen equipo que conoce muy bien al país y aquí lo que vale es la experiencia.

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Bogotá parece una ciudad bombardeada. Sus escombros taponan vías y aceras y tanto peatones como vehículos tienen que hacer mil maromas para poder desplazarse por la ciudad. No sabemos cuándo terminará este caos, pero lo más grave de todo es que en muchas zonas los obreros brillan por su ausencia y en otras sólo trabajan en pequeños grupos. La alcaldesa tiene que actuar para poner orden y acabar pronto las obras.

Adenda Uno. Es una lástima y una vergüenza que ese gran tenor que es Plácido Domingo siga con sus enredos de acoso sexual en los escenarios mundiales. Sólo su fama lo ha salvado de la cárcel, pero no del escarnio público.

Adenda Dos. Para estos días pospandémicos nada mejor que la lectura de un buen libro. Les recomendamos uno formidable: "Personalidad y Poder" de Ian Kershaw. Fascinantes microbiografías de hombres como Hitler, Stalin, Churchill, De Gaulle y Franco, entre otros. Y una formidable mujer, Margareth Thatcher.