ORLANDO CANO VALLEJO | El Nuevo Siglo
Martes, 18 de Marzo de 2014

Mejor decirlo

 

En plena carrera a la Presidencia, los más firmes aspirantes deberían jugársela toda y dar un golpe de opinión. Decir que habrá nueva reforma tributaria en 2015. Todas las cartas están sobre la mesa. No hay de otra. No existe otro estadio para atender multitud de requerimientos fiscales el próximo cuatrienio. Se van los recursos del 4 por mil y el recaudo del impuesto al patrimonio. Vienen costos del posconflicto en el evento de que Gobierno y guerrilla logren firmar la paz. La desaparición de estos dos gravámenes le implicarán al país un hueco cercano a $ 6 billones a partir de 2015.

El exministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, lo ha dicho: es inexorable una nueva reforma tributaria que traerá nuevas cargas impositivas, ampliará la base de contribuyentes y buscará trancarles puertas a evasión y elusión. Los gastos de la economía social, el manejo del ajuste o regla fiscal, la devolución de tierras, la financiación de vivienda social, impulso a infraestructura vial, aérea y marítima, la creación de instituciones y financiación de programas del posconflicto, harán inevitable un nuevo enfoque tributario. Las cuentas señalan que financiar el posconflicto rural le valdrá al país entre 1,5% y 2% del PIB anual. Significa que si el ejecutivo quiere mantener a flote su disponibilidad fiscal, sin recortes en gastos de funcionamiento e inversiones, ejecución de obras civiles y disciplina en obligaciones monetarias, ineludiblemente tendrá que echar mano de nuevos recursos a través de impuestos.

Así las cosas, los candidatos a la Jefatura del Estado, siendo hoy muy favorito en las encuestas, el presidente Santos, camino a su reelección, deberían sincerarse con la opinión pública y hablar claro sobre el asunto.

Es usual que en tiempos de campañas proselitistas los candidatos opten por no hablar de temas espinosos o caros al bolsillo de las gentes o votantes. Sin embargo, podría ser peor el silencio que la declaración. A los ciudadanos les molestan las sorpresas, y a los empresarios e inversionistas aún más. Preferible ir a la fija y plantear el debate. Conviene conocer los puntos de vista de los aspirantes a la Presidencia. Esto ayudaría a sincerar la campaña y que las gentes entren en confianza con las propuestas de sus candidatos. Un punto a considerar en esta necesidad de ser claros y directos con la opinión pública tiene que ver con la incertidumbre empresarial. Los hombres de negocios quieren y necesitan saber el rumbo del marco tributario colombiano de aquí en adelante.

Inestabilidad, cambios súbitos en las reglas de juego y colchas de retazos cada año en materia tributaria, causan desconfianza. Mejor decir cuál será la medicina que tomaremos para mejorar las finanzas, así el costo sea alto.