Si Colombia es el segundo destino mundial atractivo para inversión empresarial internacional, los desempleados en ciudades intermedias y pequeñas poblaciones, dicen lo contrario; están hundidos en el olvido.
La estrategia para impulsar economía social generadora de empleo, mantiene puertas abiertas, mientras más de millón y medio de los sin empleo, esperan con mucho aguante.
En medianas y pequeñas poblaciones de Tolima y Huila, entre otros, citados a manera de ejemplo, la pregunta reiterada por hombres y mujeres, en edad activa para trabajar, es si este año, se moverán posibilidades de trabajo.
Algunos tienen preparación educativa, conocimientos técnicos en distintas ramas, manejo administrativo y contable para pequeña y mediana industria, pero no ven ofertas para enganche en sus pueblos.
Los propósitos con ideas y porcentajes están en el filo de un conjunto de teorías promovidas por organismos de análisis económico, que parecen estar impulsando más, negocios trasnacionales de sus clientes y abonados.
Opitas y tolimenses dicen que, cuando se habla de medianos y pequeños, se refieren solo al agro y sus cultivadores. Meritorio reconocimiento. Olvidan que hay localidades llenas de ventas populares y calles, saturadas de cantinas. No hay industria de ningún nivel.
Y es para actuar en favor de las regiones. La ausencia para fomento laboral está en gobernaciones y alcaldías. Las quejas agregan igual fenómeno en asambleas y concejos; funcionan con recomendación de capataz o político.
La recomendación política, igual que hace años, suma ocupación solo para algunas vacantes a secretarias, asistentes administrativos y personal para servicios de mantenimiento y aseo.
Las plantas industriales de bebidas, alimentos empacados y prendas de vestir, entre otros, están ubicadas con preferencia en capitales de departamentos. No generan empleo a pequeños y medianos municipios.
Esas localidades ofrecen solo trabajo, para vigilancia y protección de depósitos para mantener distribución que, operan con dos o tres empleados, asignados desde plantas en capital de departamento, y, aún desde Bogotá y su periferia.
Los testimonios señalan que es marcada la ausencia de puntos productivos con trabajo para residentes. Algunas alternativas laborales están en pequeños comercios, juegos y apuestas.
Entretanto las grandes industrias, que promueven nacionalismo en publicidad, animan campañas deportivas y artísticas; Eso no se desconoce, pero olvidan los poblados y sus gentes.
Pocas zonas han atraído industrias con enganche laboral para sus residentes; En Cundinamarca, se salva Tocancipá, con productoras propietarias a la vez de actividad comercial. En Antioquia, Envigado y Rionegro, tienen esquemas similares. Al igual que en el Valle.
El Gobierno Nacional puede integrar un plan con ruta especial y, objetivo para empleo, que es lo reclamado en sectores apartados o marginados de protección social. ¿Cuándo será ese cuándo?