Muy regular | El Nuevo Siglo
Jueves, 28 de Julio de 2016

Colombia padece síntomas visibles de desconfianza en su economía, en sus políticos, y en su Gobierno.

Las cosas no van bien y se puede afirmar que el país va regular y la economía igual.

La percepción internacional sobre el país va de regular a menos, en tanto que internamente, en los hogares, hay incertidumbre y poco crédito en el Ejecutivo.

La economía nacional marcha, aunque lenta, pero la situación fiscal empeora y nada impedirá que el Gobierno logre en el Congreso la anhelada reforma tributaria estructural.

El clima de los negocios al cierre de julio sigue claroscuro.

Los empresarios tienen la mirada puesta en el frente tributario por el articulado del proyecto de reforma impositiva que será tramitada en la actual legislatura.

El horizonte económico y político luce enrarecido. Las gentes nada que creen en la clase dirigente y ésta hace poco para cambiar esa opinión.

En economía, la inflación, el alza de intereses, el dólar caro y el menor ritmo de consumo, causan estragos.

Hay dinero en los bancos, pero caro. Hay liquidez en el sistema financiero, pero no hay entusiasmo de los colombianos para endeudarse. Las tasas de interés están subiendo.

El costo de vida golpea a ricos y pobres. Los productos básicos, servicios, tecnología, importados, muebles de hogar y oficina, materiales de construcción, licores, vestuario, calzado, tiquetes aéreos y hotelería, se encarecen.

Si las condiciones de la economía: inversión, producción, exportaciones, ventas, rotación de inventarios y facturación, siguen flojas, podría crecer el desempleo en campos y ciudades.

Si aumenta la desocupación en momentos en que se enfría el consumo de los hogares, se encarece el dinero, viene una nueva reforma tributaria que causa nerviosismo y suben los costos de la canasta familiar, el panorama se pondrá oscuro.

No ser pesimistas, ser moderadamente optimistas. No es el peor de los mundos, pero no hay que bajar la guardia.

Los precios del petróleo causaron un hueco grande en las finanzas al tiempo que la Nación requiere una billonada para cubrir necesidades presupuestales, inversión social, y luego, financiar el posconflicto.

Más que el contenido de la pregunta para aprobar o no el plebiscito  sobre el acuerdo con las Farc, urge proponer un paquete de medidas que reactiven industria, comercio, turismo, empleo y ayuden a contener el costo de vida.

La inflación, el empleo y evitar alzas en los costos del crédito deberían ser prioridades del Ejecutivo. Habrá que hacer algo para soportar la carga pesada que viene en camino: más impuestos por cuenta del IVA.

No es cuestión de confiar por que sí, es asunto de ver para creer.