“La Iglesia se prepara para el gran Sínodo de Obispos que realizará este octubre”.
COMPROMISO INELUDIBLE
Por una fe viva y entusiasta
Jesucristo entregaba su mensaje salvífico y las gentes reconocían que nadie antes había hablado con tan plena autoridad (Jn.7, 4), lo seguían porque les había dado de comer multiplicando los panes y peces (Jn. 6,27), pero El sentía compasión de estos entusiastas seguidores por su hambre física (Mat. 15,32), pero principalmente porque los veía “como ovejas sin pastor”. (Mt. 9,36).
La Iglesia, Cristo presente en medio de la humanidad, constituida y enviada por El a hacer discípulos suyos en todas las naciones (Mt. 28, 19-20), revive en todas las épocas los mismos sentimientos del divino Salvador, y asume el compromiso de responder a los humanos.
Insospechados avances ha logrado la humanidad por la ciencia y la técnica, y esto no desagrada ni a Cristo ni a la Iglesia, pues es la misma Palabra de Dios la que indica que el Creador, una vez colocado el ser humano en medio de su obra visible, le da poder para dominarla, o sea guiarla hacia su desarrollo (Gen. 1,28). Es la misma Iglesia la que en el Concilio Vaticano II entregó ese formidable documento“Alegría y Esperanza”, en el que, después de hablar de la dignidad de la persona, del influjo que debe tener la actividad humana en el universo, habla del gran beneficio del pensamiento cristiano. Se insiste allí en el aprecio debido a la familia y al matrimonio auténtico, bases insubstituibles de una sociedad que ha de tener un ambiente económico social y cultural de dignificante altura, como camino a un desarrollo de los pueblos.
Que ese magnífico mensaje y el rico contenido de todos los documentos del Concilio se encarnen en cada miembro de la Iglesia y sean conocidos y asumidos por otros sapientes servidores de la humanidad, así no estén dentro de ella, es propósito del gran Sínodo de Obispos que se realizará en este octubre. El Pontífice Juan Pablo II tuvo como principal empeño de su tarea pastoral abrir paso a una labor de Iglesia para que “con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevo lenguaje” se viviera lo enseñado por Jesús de Nazaret, con la campaña tesonera, que se ha llamado Nueva Evangelización.Continuar lo así iniciado es el principal empeño del fervoroso y sapiente Papa que guía hoy a la Iglesia Benedicto XVI, esfuerzo que recibió especial impulso del Episcopado Latinoamericano en la Conferencia de Aparecida (mayo 2007).
Los Sínodos de Obispos,palabra que significa avanzar “con camino” definido, fueron revividos por el Vaticano II como aporte a la unidad doctrinal con el Romano Pontífice. El próximo será ya el 13, con el tema “Nueva Evangelización para la Transmisión de la Fe Cristiana”. Para que este gran esfuerzo, en el que habrá representación de todas las regiones del mundo, con excelentes representantes de Colombia, no se quede en solo declaraciones, se dará posteriormente un documento sólido en el que queden las principales ideas que propicien la efectiva vivencia de ellas.
Da gran relevancia a las tareas de este Sínodo, que propiciará un nuevo baño espiritual y pastoral, el Año de la Fe, lanzado por el Papa Benedicto XVI, con parte de este año 2012 y del 2013, como cultivo de ese “don de Dios”. Será ese conjunto de aportes para abrir los ojos a una humanidad sumida en ceguedad espiritual en algunos países que han puesto su confianza en sus riquezas o poderío bélico, o en consumismo, o secularismo, de lo que contagian también a países sin recursos terrenos.
Oración por el éxito de este Sínodo, atención al mensaje que nos envíe, vivencia entusiasta de una fe que trae paz a los hombres de buena voluntad (Lc. 2,14), algo que llevará más a ella que conversaciones entre personas que hacen gala de incredulidad. Esta ha de ser nuestra valiosa colaboración.
*Presidente del Tribunal Ecco. Nacional