Hay comunistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista. Esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón¨.
-Jorge Luis Borges-
Javier Milei ganó. Con él, ganó Argentina. La nación más al sur de Sudamérica, la misma que estaba sumida en una pobreza irracional, causada por los paupérrimos gobiernos hijos del populismo, que aún no cesa. Milei es la respuesta del pueblo a su statu quo de sometimiento a la demagogia populista.
La Argentina que aún se encuentra enfrascada en la ilusión del sistema peronista, ahora con Milei se propone y se alista para transformarse en una sociedad mucho más prospera y competitiva ante el mercado mundial. Y, es que, no por nada, Argentina a principio del siglo XX era una de las economías con mayor crecimiento y relevancia de aquel entonces. Por encima de Italia, Francia y Alemania, Argentina se posicionaba en la lista de las mayores economías del mundo.
De hecho, Juan Domingo Perón, aprovechó esa gran herencia que le quedó para promover sus reformas y políticas, que, de hecho, fueron validas en su momento y ayudaron a que la clase campesina tuviera mejores condiciones. Sin embargo, la apuesta desmedida a la agricultura y a la ruralidad del país hizo que se descuidara sobre manera a la industria, al sector banquero y al comercio en general.
El sistema del peronismo rápidamente destrozó la economía argentina y emprendió con un proceso de gran decrecimiento y de inflación, que desencadeno a lo que hoy en día se conoce y se vive en el país con la bandera albiceleste. De hecho, no son pocos los argentinos que han ido migrando hacia diferentes países fuera del subcontinente como: España, Estados Unidos, Italia e Israel, etc.
Javier Milei es el resultado de la disconformidad natural del pueblo argentino a los gobiernos de izquierda que no la han dejado de empobrecer desde hace innúmeras décadas. La inflación de la Argentina solo se puede comparar con la de Venezuela, y no es normal ni debería ser aceptado, pues es uno de los países con mayor riqueza de la región.
Es el peronismo y la izquierda que afincadas a lo largo de los años han destruido a la economía, a la sociedad y a la política argentina sumida en una gran corrupción y miseria humana. Está muy claro; demasiado.
Cosa buena también, es que el nuevo presidente Milei, va a dar un nuevo aire de sensatez política regional y hará una fuerte oposición a los gobiernos de izquierda que se empeñan en hundir a los países donde ya ejercen el yugo de la izquierda tan mal llevada. Pues, el problema ni siquiera es el de la izquierda en sí, sino de quienes la representan, o más bien, se la han tomado; la han usurpado. Son reptiles ávidos de la riqueza de las naciones.
Los parásitos, los chupasangres, que se han bebido toda la sangre, entendida como líquido vital, en alegoría a la economía de un país, deberán devolver todo algún día. El caso de Cristina Fernández de Kirchner debe ser investigado y sancionado. También el asesinato del fiscal de la nación Alberto Nisman y el atentado a la AMIA que cumplió 26 años, entre tantos otros crímenes que han sido desplazados por un cartel político.
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