El ADN
En Duke University se fabrican vejigas urinarias humanas a partir de células madre. Hay gran demanda mundial.
En los próximos años se fabricaran otros órganos. En Latinoamérica, Brasil está a la vanguardia en ese campo.
Recordemos que hace medio siglo el profesor Barnard hizo el primer trasplante cardíaco. Hoy es común. La discusión ética sobre la obtención de las potentes células madre que se consiguen a costa de matar embriones para elaborar órganos, se ha obviado con mejoras tecnológicas.
La Universidadde Kioto ha logrado obtener esas células a partir de células adultas. Pues mientras el gobierno Bush impuso una prohibición a las investigaciones, la ciencia continuó avanzando en esa disciplina en Japón, obviando como queda dicho la razonable objeción de conciencia por la destrucción de embriones. El nuevo método facilita la reimplantación genética, cambiar los relojes biológicos que disminuyen los síntomas del envejecimiento. Habrá bancos de órganos. Pero si usted ha donado al nacer en su cuenta bancaria un pedazo minúsculo de piel para que, digamos, a los sesenta años puedan reconstruir su hígado, lo obvio es que ese hígado tendrá su misma edad pues el reloj biológico no ha dejado de latir. La respuesta es que ya hay modo de hacer que se atrase el reloj biológico hasta la época embrionaria. Se pueden reprogramar las células adultas. Será posible con nuestra propia donación obtener remplazos para nuestro cuerpo sin tener que recurrir a otras fuentes no personales. Estrenaremos órganos como estrenar camisa.
Los mamíferos a través de la evolución perdimos la capacidad de reproducir miembros amputados como lo hacen los anfibios, la ciencia estudia ahora esos procesos y podrá, quizás, revertir esa facilidad perdida. Como decía Azimou, el futuro se ha vuelto muy extraño.
Suena a ciencia ficción pero es cierto. Así como algunos se lamentan por la forma poco discreta como el eminente profesor Rodolfo Llinás promete curas contra el Alzheimer y el mal de Parkinson, hay resultados tangibles en las universidades mencionadas.
La evolución de esos procesos se encuentra documentada por un texto de la Universidad del Valle, escrito para profanos, por el médico Humberto Rey y la bióloga Ana María Hurtado, Dinosaurios, enfermos y doctores. El título del libro no supone un orden descendente…, es perfectamente legible y ofrece una dimensión de la realidad algo más esperanzadora que la inmediatez periodística de actualidad.