Otra vez el Fiscal
Removieron al fiscal que investigaba al carrusel de las contrataciones en obras públicas. El Fiscal General faltó a su palabra y lo cambió. El carrusel abarca a las asociaciones para delinquir como la familia Nule agraciada por el gobierno de Uribe con setenta megacontratos en todo el país. Y cobija al exalcalde Samuel Moreno, a su hermano Iván, a media docena de concejales, exconcejales, abogados e intermediarios de todo tipo.
El programa de radio La Luciérnaga afirma que la remoción se debió a presiones poderosas. ¡En cambio la Fiscalía General asegura que con esa medida pretende acelerar el proceso! Es como cambiar de caballo en medio de una carrera.
Ese modus operandi es otra cortina de humo, de las varias que ha llevado a la pantalla la Fiscalía. Como la absolución de una exreina de belleza que a todas luces no merecería ser procesada. La telenovela logró final alegre pero encubría este otro inicio de telenovela que mantendrá la atención pública. Le servirá para disimular otra cosa, otro proceso, otra omisión. ¿Cuál será?
Cuando en tono de profeta advirtió al país que lo iba a estremecer, tono que revela su faceta farandulera, lo estremeció deteniendo a un inocente exsecuestrado más incauto que la llorosa reina de belleza. Otro inocente. A los pocos días se supo, el Fiscal General había sido promotor bajo cuerda de la escandalosa reforma a la justicia.
Dramatizó la detención del exdiputado López. Luego se disculpó tranquilo. Si el calumniado demanda a la Nación, ¿responderá el pantallero Fiscal con su pecunio? ¿Tendremos que sufrir y pagar los contribuyentes las ansias de figuración de un funcionario con síndrome de vedette de moda?
En Estados Unidos citan por la red metidas de pata de algunos congresistas. Aunque la necedad no es monopolio de ningún partido parece que, en los casos citados, los republicanos en el Congreso tienen la mejor oferta. Así Todd Akin dijo en un comité: “La legítima violación carnal rara vez causa embarazos”. Jon Hubbard de Arizona: “La esclavitud fue una bendición disfrazada para los afroamericanos”. El también congresista Paul Brown advirtió: “La ciencia es una mentira que salió de la profundidad del infierno”. Y la señora Michele Bachmann afirmó “No existe ninguna investigación que demuestre que el monóxido de carbono sea un gas perjudicial”.
Como los políticos profesionales evitan lesionar los intereses de las corporaciones aumentan el horizonte del disparate. Así cuando al candidato Reagan le preguntaron que en últimas quién contaminaba el ambiente respondió ¡Los árboles! Los pedos mentales de Sarah Palin llevaron a que alguna de sus colaboradoras se negara a votar por ella para vicepresidente. Doña Sara creía que Chile estaba en el Oriente Medio.
Aquí no culpamos a los árboles sino a los exsecuestrados y a las exreinas de belleza, y los verdaderos culpables respiran bien en esas columnas de humo.