CAMPAÑA POLARIZADA
El candidato Vargas Lleras
Al enfrentarse a un agente provocador, le espetó en tono clasista “no sea gamín”. Es de temer que luego vaya a una comunidad indígena y les advierta que “no sean indios”. Se dejó provocar y algo peor, se mostró a sí mismo.
En un país de riqueza hiperconcentrada gracias a una cúpula inconsciente que ostenta la única guerrilla de américa y uno de los peores índices gini del planeta, utilizar la indigencia como insulto es revelar algo. Y cumple con el adagio “lo que Juan dice de Pedro dice más de Juan que de Pedro”. La contienda electoral carece de altura, de planteamientos, de datos reales de lo que ocurre.
Pagar a personas como J.J. Rendón para denigrar a los contrincantes tiene el inconveniente de emponzoñar la campaña. Y en este caso ha cobrado un precio alto. Juan Manuel Santos lo tiene a sueldo hace rato. Pero además del precio y de los US$ 12 millones embolatados, rebajar la política a ofensas es una contraprestación gravosa para quien promete la paz nacional. Quizás esa fórmula de dinastías gastadas Santos- Vargas Lleras se imponga como una fatalidad. Fatalidad de la figura de la reelección obtenida por cohecho en el anterior gobierno. Pero los jueces son sabios y dilatan y dilatan las sentencias. Confían en que somos ciegos, sordos y mudos.
Lo cierto es que Santos fue ministro de Defensa de Uribe quien en su momento lo colmó de elogios. Cuando no quiso servir de marioneta lo tachó de traidor. Tenía y tiene la costumbre de dar títulos de patriotas a quienes piensan como él, vale decir a los que no disienten.
La tercería en esta pelea de plaza pública es Peñalosa. Representa un sector medio, urbano. Ajeno a quienes privilegian la ganadería extensiva y celebran la muerte de nuestras glorias nacionales en la extrema derecha criolla. O de los menos belicistas que, sin embargo, creen que la gaminería es culpa del gamín. Esa misma polarización de las derechas hundirá al Partido Conservador. Por instinto o fuerza de gravedad los conservadores votan el poder establecido. Porque es poder y porque está establecido. Pastrana quedó fuera de foco al dejarse quitar la bandera de la reconciliación y la paz. Le ocurrió lo peor que le puede pasar a un expresidente y es reconocer que su propuesta por la cual sacrificó tanto era falsa. Claudicó. Lo descarrilaron de la historia, de la parábola que el mismo trazó enfrentando con valor la impopularidad de su valiosa propuesta del diálogo. Sacrificó su acierto histórico de paz, de estadista, por un cupo en unas elecciones menores.
Con razón la abstención será alta y también el voto en blanco al cual adhiero. Y es de lamentar que Vargas Lleras quien con coraje se opuso a la mañosa perpetuación de Uribe en el poder, y administró bien lo de las casas gratuitas, carezca de tacto verbal y en su fuero íntimo revele tanta callosidad social.