MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 13 de Agosto de 2014

S.O.S por los cristianos en peligro

 

"Conviértanse al Islam o serán crucificados como Jesús", es la frase utilizada por extremistas sirios para aterrorizar a las minorías cristianas. Esta es solo una de las muchas amenazas reales que sufren hoy día los cristianos en diferentes regiones del mundo. En las últimas semanas yihadistasen Irak han perpetrado horrendos crímenes contra la población cristiana causando cientos de muertos, atacando iglesias con bombas, asesinado sacerdotes y laicos, quemando sus casas y sus escuelas. Igual sucede en Kosovo, en Paquistán y en muchos lugares musulmanes donde las comunidades cristianas son constantemente amenazadas.

Hoy escribo para enviar un S.O.S. por los cristianos en peligro. Para que despertemos a la terrible realidad que viven nuestros hermanos en los países donde son una minoría.

Hoy, más de doscientos millones de cristianos en el mundo viven en peligro por el solo hecho de portar una cruz o tener una Biblia; más de doscientos millones de cristianos no pueden practicar su fe libremente.

De acuerdo con la AED, asociación católica fundada en 1947 para ayudar a los católicos que vivían tras la “Cortina de Hierro” y a Puertas Abiertas, organización anglicana que analiza el estatus jurídico y político de los cristianos en el mundo, la situación de los creyentes en algunos países es cada vez más precaria y su persecución aumenta día a día. Para muchos creer en Cristo no solo puede costarles el ostracismo en sus pueblos, su libertad y la pérdida de sus posesiones, sino también, fácilmente puede costarles la vida.

En algunos países como China y Corea del Norte, donde existen regímenes comunistas, ateos y altamente represivos, las religiones son vistas como agrupaciones que pueden poner en peligro el poder del régimen; se trata de una agresiva persecución política.

Pero donde más riesgo existe es en las teocracias musulmanas fundamentalistas y extremistas, como Irán, Arabia Saudita, Siria, Yemen y Sudán, donde son perseguidos como “infieles” que atentan contra la “fe verdadera”, el Islam, y contra su profeta, Mahoma. En estos países los cristianos corren peligro de muerte ante el silencio de la mayor parte del mundo, aun del mundo cristiano, que parece ignorar su terrible predicamento.

Para nosotros en Latinoamérica, donde la gran mayoría somos cristianos, la situación de estos hermanos en la fe pasa inadvertida. Los latinoamericanos no entendemos de represión religiosa, pues no la hemos sufrido; la libertad de culto es algo que caracteriza nuestra región. Sin embargo, hoy debemos estar informados y defender a los cristianos de otras partes del mundo. Es nuestro deber asistirlos en lo que podemos, exigiendo a nuestros gobiernos tomar posiciones radicales al respecto en los foros internacionales. Abrirles nuestras puertas, si es necesario, como ya lo ha hecho Francia. No podemos ser indiferentes.

Como ciudadanos de países respetuosos del multipluralismo y la libertad de práctica religiosa debemos exigir que se respete la vida y el derecho de cada cristiano en el mundo. De igual manera, que en los países cristianos se respeta a las minorías musulmanas. Asimismo se debe exigir el respeto y el derecho al culto de las minorías cristianas en el mundo musulmán.