MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Junio de 2014

La paz con Zuluaga

 

Voy por una paz sin impunidad. Voy por una paz honrosa para todos los colombianos. Una paz que me permita mirar de frente, y a los ojos, a los padres, esposas e hijos de los miles de soldados muertos o lisiados en esta desgraciada guerra que hemos vivido por medio siglo.  

Es mucha el agua sucia que los castro-chavistas colombianos, en especial los columnistas de extrema izquierda y los medios incondicionales de Juan Manuel Santos, han vertido contra nuestro Ejército.

Hoy, como colombiana, agradezco a cada uno de nuestros soldados, cada gota de sangre y sudor derramada por defendernos, por defender nuestra democracia, imperfecta, como todas, pero vigente.

La alianza de Óscar Iván Zuluaga con Marta Lucía Ramírez es la alianza de dos voluntades férreas y honestas, de dos líderes limpios y sensatos, sin máscaras. Dos programas excelentes, con un serio contenido social, el cual dará prioridad a la educación, la salud y la vivienda. Por favor, lean ustedes dichos programas, están en las páginas web de Óscar Iván y del Partido Conservador.

Ojalá se uniera a este “barco por la paz”, la izquierda democrática. Como dice Clara López: “La paz debe ser una política de Estado, no un arma de la reelección”.

Ojalá se unieran a este esfuerzo los Verdes, amigos de Peñalosa, con los que hay tanto en común. La capacidad que Peñalosa demostró como alcalde de Bogotá, nadie la puede negar. Sería un valioso colaborador de Zuluaga.

A los parlamentarios que se dicen “conservadores” y sin embargo se han quedado con Santos, Petro y Gaviria, los invito a pensar: ¿qué dirían sus mayores, si los vieran votando de la mano de un personaje como Petro o Iván Cepeda. ¿Qué dirían si los vieran traicionando los principios de su partido por una cucharada de mermelada? ¿Están orgullosas sus conciencias? Acaso no han pensado qué otorgará Santos a sus nuevos compinches de la extrema izquierda. O ustedes creen que no van a tener que compartir la mermelada con ellos, ¡y, de qué manera!

Ustedes dicen querer la paz, también nosotros y con pasión y resolución. Nosotros como todo colombiano pensante ambicionamos la paz. Yo podría decir que no ha pasado un día, ni un minuto, de mi vida, donde no piense en una Colombia en paz. Mi generación, la de mis hijos y nietos, no ha conocido la paz. ¡Cómo no ambicionarla, aunque nos cueste!

Mas no una paz atragantada, negociada a la tapada, sin la presencia de las víctimas, de la sociedad civil, sin castigos. Esa paz no durará.

Señores parlamentarios “conservadores”, piénsenlo bien y bienvenidos a este barco triunfador. El pueblo conservador ya escogió, como se vio en las elecciones. Ojalá ustedes no lo traicionen.

Vamos por la paz, con Zuluaga y Marta Lucía y todos los que se nos quieran unir. Por una Colombia donde prime la educación, donde se abran puertas, donde haya castigo para los criminales. Para aquellos que depongan las armas y reconozcan sus crímenes, habrá perdón; los recibiremos con bondad, como dice Óscar Iván Zuluaga. Vamos por una paz con unas bases que todos los colombianos podamos aceptar sin sentirnos traicionados y enfurecidos.