Luis Carlos Peña Mosquera | El Nuevo Siglo
Sábado, 21 de Mayo de 2016

Traición a la Patria

 

Talleyrand escribió “en política, innovar es siempre traicionar”

Podemos decir que las Farc, a pesar de querer demostrar su deseo de paz portando una exuberante piel de oveja, ha traicionado al pueblo colombiano en las negociaciones de la Habana. Ellos están imponiendo su voluntad. Lograron excluir de la negociación la reparación a las víctimas, pues dicen que no cuentan con un solo centavo, a pesar de que hace unos años nuestros valerosos soldados descubrieron unas caletas en la selva. También pasaron por alto el narcotráfico, y aún no dicen nada sobre el reclutamiento de menores de edad en sus filas.

 

Los pobres soldados hoy están encarcelados, mientras que los verdaderos poseedores de esos dólares se encuentran libres en La Habana gozando de una protección rigurosa y comodidades principescas virreinales.

 

Estos negociadores de las Farc saben aportar valiosos gestos de paz ante la opinión pública para que nuestro presidente Juan Manuel Santos se luzca en sus giras internacionales. Recordemos el amigable estrechón de manos entre Timochenko y Santos, que sirvió para que la ONU elogiara la negociación por haber logrado ya la paz, pues sus miembros interpretaron esta foto como un acuerdo victorioso en La Habana. Además, previendo la visita anunciada del Papa Francisco, esta foto sería una fehaciente prueba de paz. Y para rematar, las Farc aprovecharon la visita del Presidente a Londres, anunciando con bombos y platillos un acuerdo especial a la luz de los convenios de Ginebra, que pondrá fin al conflicto.

 

El acuerdo estaría más blindado, cada uno de sus puntos sería no solamente una norma constitucional sino una obligación internacional del Estado colombiano. El acuerdo tendrá todas las garantías jurídicas, nacionales e internacionales. El Congreso tramitaría la incorporación a la Constitución.

 

Ignoran que adicionar un artículo en un séptimo debate sin haber cumplido los primeros en el Congreso, es violar la Constitución. Así, la mesa de La Habana se convierte en una asamblea constituyente fraudulenta, cuando la iniciativa sólo puede ser del pueblo soberano. Como dijeron algunos constitucionalistas “le están haciendo conejo a la democracia”.

 

Pero ahí se forma nuevamente la de Troya, Uribe quien se ha convertido en “la suegra de Santos” como lo afirmaba Camilo Durán Casas, anuncia la resistencia civil.

 

El pueblo colombiano quiere la paz, pero no una paz de papel que viole la Constitución, desconociendo los principios democráticos.

 

El conflicto se terminara realmente cuando el Gobierno mejore las relaciones con las regiones, estableciendo normas claras en el manejo de las regalías. Si se continúa robando los recursos y patrocinando la corrupción, nunca habrá paz.

 

Como decía Sergio Fajardo, “la mula de Juan Valdés representa muy bien la Colombia marginal”. Ante la falta de carreteras, la mula es el único medio de transporte que le permite al campesino sacar sus productos a las ciudades. Ello ha contribuido al fomento del narcotráfico, de la minería ilegal.