Los costos de la paz | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Marzo de 2017

J.M. Keynes (1883 – 1946) fue un economista inglés quien vivió los dos períodos de la primera y segunda guerra mundial en carne propia. Esa sería una de las diferencias que se deben aportar al momento de hacer una comparación con M. Friedman. A Keynes, le tocaron los dolorosos, a Friedman los gozosos.

Tal vez, por esta razón, Keynes enfatizó en su teoría económica sobre el control del gasto y la forma de cómo alcanzar la generación del pleno empleo a través de la inversión estatal por medio de la infraestructura (Leer J.M Keynes. Skidelsky R, 2013. RBA libros, Barcelona).

Alcanzada la paz en Europa, luego de la feroz confrontación durante la primera guerra mundial, guerra de trincheras, gracias al pacto tripartita de Vichy -Alemania, Francia e Inglaterra-; vendrían las sanciones económicas impuestas a los vencidos, los alemanes.

Keynes no solamente fue crítico de Alemania, de quien sostuvo que rompió el orden Europeo previo a 1914. Fue más crítico, aún, cuando se impusieron las severas sanciones económicas a los alemanes las cuales consideró desproporcionadas.

De hecho, una de las razones que más adelante esbozaría Adolfo Hitler para justificar su discurso fue que las sanciones económicas impuestas en Vichy por los aliados han sumido en al pueblo alemán en la desesperanza y la pobreza.

Para Keynes, el aspecto más complejo consistió en que los vencedores se reservaban: “(…) el derecho a retener y liquidar toda propiedad, derechos e intereses que pertenecieran, a la fecha de entrar en rigor el presente Tratado, a nacionales alemanes o a compañías controladas por ellos” (Ver Consecuencias económicas de paz).

Teniendo en cuenta lo anterior, se podría comentar que los costos económicos de la paz junto con el carácter arrasador que poseen las Farc en estos momentos de gloria consisten en las desproporcionadas concesiones otorgadas en el acuerdo de La Habana.

El sólo sostenimiento a cada uno de los miembros de las Farc en su conjunto, el cual estará a cargo del Estado colombiano. Es decir que cada uno de nosotros, con nuestros impuestos, pagaremos el sostenimiento y manutención de quienes fueron nuestros verdugos durante 50 años de conflicto armado. Por ejemplo: Los niños de Iván viajan en jet privado a Cartagena para descansar un fin de semana. JMS dirá, me acabo de enterar.

Una de las más graves de las concesiones otorgadas en La Habana, la cual considero como traición a la patria, consiste en las 26 zonas veredales entregadas a las Farc. Nunca más un ciudadano de a pie podrá disfrutar, ni las FF.MM. podrán ejercer su control territorial de soberanía.

Recuerden que la tierra será para quien la trabaje y que se vendrán más expropiaciones tipo Friogán o Electricaribe. Para eso estarán la famosa gestión de tierras del hijo del elefante junto con los nuevos procuradores agrarios.

A propósito, de Electricaribe: ¿Será verdad que el gobierno de JMS adquirió un crédito del BBVA para intervenir a Electricaribe superior a los U$100 millones? ¿Donde está la bolita?

Pretenden modificar el sistema electoral colombiano para convertirlo en un vulgar copy paste del venezolano.

Los colombianos renunciaron a todos sus derechos a retener y liquidar toda propiedad, derechos e intereses que pertenecieran a la fecha de entrar en rigor el presente Tratado, como lo mencionó Keynes para el caso de los alemanes.

Y, no podrán decir que nos acabamos de enterar.

Puntilla: No hay peores ciegos que los defensores acérrimos de la paz de JMS.

@RaGomezMar