LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 3 de Agosto de 2014

Paz con terrorismo

 

Epígrafe

“Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz”.

Juan Pablo II

 

Mientras la guerrilla sea demencial, la paz jamás se lograra. Ya poco nos queda de optimismo, sobre la posibilidad de que los colombianos vivamos en paz. Unas veces la vemos cerca, otras lejana, pero la muerte de inocentes, de niños inermes, de nuestras fuentes de agua destruidas, el derrame de petróleo, nos llevan otra vez a pensar que estamos frente a unos insensatos. ¿Serán que si ellos firman la paz, no van a necesitar agua? ¿No van a tener familia? ¿No van a necesitar un medio ambiente sano?

Con todo ese actuar irracional las guerrillas han logrado unir nuevamente al pueblo colombiano. El propio expresidente Uribe ha dicho que si van a firmar la paz que lo hagan ya, para evitar más muertes, más daño a nuestro territorio. En ese mismo sentido la excandidata presidencial, Marta Lucía Ramírez, dijo: “El país debe rodear al presidente Santos y su institucionalidad  ante las presiones con actos terroristas por parte de las Farc y el Eln”. “El país debe estar unido para rechazar el terrorismo, como una forma de presión para buscar imponer sus condiciones en la mesa de negociación”.

Difícil de entender los últimos pronunciamientos del guerrillero Timochenko, cuando afirma que las Farc, no se arrepienten de nada, y que escogerán a cuales victimas escucharan en La Habana y que el Gobierno tiene que responder por la muerte de Alfonso Cano. Y guarda silencio sobre el vil asesinato de la  niña  Yurani Yanqui Muse, en Miranda Cauca, y las graves heridas causadas a su madre que se debate entre la vida y la muerte.

¿Será que todo eso lo perdonaremos fácilmente en aras de la tan anhelada paz? Tiene razón el congresista Jaime Felipe Lozada, quien  estuvo secuestrado junto a su madre Gloria Polanco, su hermano y su padre, Jaime Lozada, vilmente asesinado, al afirmar respecto al reconocimiento de las víctimas que : “No hay absolutamente nada que dialogar con un interlocutor que no nos reconoce”.

La paz tiene un amplio respaldo nacional e internacional. Hasta el presidente venezolano Nicolás Maduro de visita en Cartagena ha dicho que la paz está cerca, pero ojala esa cercanía no sea solo una ilusión manchada con más sangre inocente.

lorenarubianof@gmail.com