Lionel Moreno Guerrero | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Septiembre de 2015

“Ojalá que nuestro Presidente persevere”

LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA

Colombia y sus vecinos

 

ALGUNOS  creíamos que la mayoría de los países de nuestro continente tenían arraigados principios democráticos que los hacían rechazar las actitudes autocráticas y defender los derechos humanos. El repudio a las dictaduras del cono sur me parecía una prueba fehaciente de esto. Pero, no. Lo que parece es que la censura existe pero solo frente a los autócratas de derecha como Pinochet, pero que cuando son regímenes de izquierda los que pisotean los derechos individuales y se perpetúan en el poder, como sucede en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, sus abusos no les merecen reprobación. Lo que acaba de suceder en la OEA es prueba de esto. Si bien 16 países (además de Colombia) estuvieron de acuerdo en que el tema de las expulsiones violentas de colombianos debería tratarse en una reunión de cancilleres, reunión que no se niega a ningún gobierno que considere que una cuestión para él importante deba debatirse en este foro, once países, como Poncio Pilatos, quisieron lavarse las manos absteniéndose, a sabiendas de que esta abstención equivalía a votar negativamente. De este grupo solo sorprendió Panamá que, después de haber anunciado su voto a favor de la reunión, fue convencido por Maduro de inhibirse con la promesa de que la aceptaría como mediadora, a lo que esperamos Santos no acceda. Votaron negativamente Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua e, inesperadamente, Haití. En este caso a Venezuela le resultaron productivos los subsidios a las islas-Estado del Caribe. Una lección a ratificar para el Gobierno de Santos, tanto de la actitud de Maduro, como de las posiciones de ciertos gobiernos, es que los apaciguamientos no pagan.

Nuestro Gobierno pidió también una reunión de los cancilleres de Unasur, solicitud luego cancelada ante la reticencia para celebrarla y porque el secretario de ese organismo, Ernesto Samper, reconocido incondicional del régimen venezolano. hará lo posible por favorecerlo. Cuando, ante la protesta de la opinión colombiana, comenzaron las deportaciones, Samper, inmediatamente, justificó el procedimiento de Maduro diciendo que se confirmaba que era una realidad la intromisión de paramilitares colombianos en Venezuela. Esto motivó al expresidente Gaviria a expresar que si Samper “corre y recibe instrucciones del presidente Maduro … ¿qué hacemos nosotros en Unasur?”. En Unasur, tomando como base la votación en la OEA, sus 12 miembros estarían divididos por mitad entre los que condenarían las deportaciones y los que, probablemente, dirían que este tema debe tratarse en negociaciones bilaterales, que es lo que quiere Maduro cuando, temeroso de las repercusiones internacionales, propuso reunirse con Santos. O sea, aquí no ha pasado nada. Ojalá que nuestro Presidente, después de la dilación inicial, continúe denunciando los atropellos chavistas en los foros internacionales y no se necesite otra airada intervención de César Gaviria para que persevere.