Las puertas de la ciudad y Transmilenio | El Nuevo Siglo
Lunes, 20 de Febrero de 2023

Las puertas de las ciudades, otrora amuralladas, se mantienen hoy como hitos urbanos de historia y memoria, así como línea imaginaria a partir de la cual se sigue su crecimiento físico.  Madrid en España, es buen ejemplo, entre muchos otros. Durante la colonia española en América, en las ciudades del interior no se levantaron murallas de protección. Pero, sí en las ciudades costeras; pues eran fortalezas e importantes puertos comerciales sobre el Mar Caribe, como Cartagena de Indias, por ejemplo, con su Puerta del Reloj.

No obstante, una de las puertas más conocidas en Bogotá es “La Puerta Falsa”, aunque es el nombre de un famoso restaurante creado en el siglo XIX y ubicado en el centro histórico. Pero, en el Siglo XXI surgieron unas puertas que han ido ganando atención y no necesariamente buena fama: las puertas de Transmilenio. Nombre con el que se distingue al sistema de transporte tipo BRT y a la empresa encargada de gestionar el sistema integrado de transporte masivo de la ciudad. El cual, con sus 138 estaciones, superar con creces el número de puertas de las más grandes ciudades medievales de Europa occidental.

Sin embargo, la polémica por Transmilenio en la ciudad no cesa, por justas y distintas razones, como su costosa infraestructura física de trocales y estaciones. La cual, se concibió y construyó como una especie de barrera o “muralla” para garantizar el carril exclusivo, con estaciones que solo funcionaran para sus buses e impidieran con puertas controladas el ingreso sin pagar de los usuarios. Pero, dichas estaciones y puertas no han impedido los colados, personas que ingresas sin pagar. Y que, según algunos expertos, es uno de los factores de la gran inseguridad en el sistema de transporte. Además, la estación ha sido objeto de vandalismo en turbulentos momentos de la ciudad.

Entonces, como parte de la solución al complejo problema de los colados (26%) que afecta los ingresos del sistema y la seguridad de los usuarios, la semana pasada entró en funcionamiento una nueva puerta automática, que la crónica capitalina bautizó “puerta anticolados”; inicialmente instaladas en seis estaciones de la troncal Caracas -antes de Transmilenio se le llamaba por su nombre: Avenida Caracas, y lo era-. Así, al finalizar el 2023, el número de dichas puertas llegará a 800, según el gerente de Transmilenio. La nueva puerta comienza a labrase su fama. Veremos.

Pero, más allá de lo anecdótico, las ciudades modernas con su crecimiento y economías de aglomeración simbolizan las puertas abiertas de acceso a las oportunidades de quienes, por distintas razones, migran y las habitan de múltiples formas. Sin embrago, tal crecimiento urbano en América Latina también refleja las desigualdades, pues nuestras ciudades se extendieron generando segregación socio-espacial. La cual, muestra el lado excluyente, el de las puertas cerradas de la ciudad.

De allí, que los gobiernos -nacionales y urbanos- tengan el reto de reducir dicha segregación e inequidad, de abrir las puertas de la ciudad. El cual, pasa por tener un sistema masivo de transporte urbano-regional de calidad, sostenible, que no solo recorra troncales, sino que incluya y conecte ciudadanías y oportunidades. Bogotá con la construcción del metro, no exento de necesarias controversias, tiene una segunda oportunidad. ¿Abrirá las puertas?

@Fer_GuzmanR