Los colombianos, sin excepción, vibramos emocionados con la victoria de Egan Bernal como campeón de la principal vuelta ciclista de Europa que es el Tour de Francia.
Egan nos unió no solo por su insuperable participación en la que los conocidos del tema llaman la primerísima y más destacada carrera ciclística, sino también por su calidad humana, nobleza, educación y humildad.
Nos revivió ese orgullo patrio, a veces tan olvidado y nos demostró a los colombianos y al mundo entero lo que es el resultado de una persona disciplinada y comprometida con sus objetivos que le permitieron superarse y darnos uno de los mejores triunfos que hemos tenido en el mundo deportivo.
Su participación en los distintos eventos ha sido sobresaliente y nuestro escarabajo ha acompañado la mejor representación de su país mostrando sus calidades humanas.
Egan es un joven con espíritu, respetuoso de su familia y fiel a la educación que nos transmite ha recibido de sus padres y de la que fuimos espectadores al verlo fundirse en un abrazo sentido y bendecir a su hermano menor, en el amor que sentimos todos cuando su madre lo besó y lo bendijo, así como cuando besó a su joven novia o cuando su abuelo nos contó con lágrimas de emoción como le había regalado una casita con sus primeros ingresos económicos. Y claro está cuando su padre emocionado manifestaba que era el mejor ejemplo de un buen hijo.
El país y el mundo aplaudieron ese hombre noble, discreto, solidario que hizo vibrar y nos tuvo atentos en cada etapa del tour de Francia. Pero su bondad va además acompañada de inteligencia y como supimos de quienes lo conocen de cerca, de un halo que pese a su corta edad hace sentir por él, respeto y admiración. Nuestro campeón recibió su victoria con sincera emoción y se dirigió a los periodistas en cuatro idiomas mostrando además sus capacidades y colocándose en las primeras páginas de los medios de comunicación del mundo.
Egan se convirtió en el mejor Embajador de Colombia porque a través de su triunfo deportivo mostró esa otra cara de nuestro país y leímos orgullosos que Colombia aparecía como noticia positiva a nivel mundial.
Mucho se hablará sobre el futuro deportivo de Egan y muchas serán las satisfacciones que seguramente nos seguirá dando.
Por lo pronto, ¡Gracias Egan! por permitirnos emocionarnos, gritar y llorar al verlo enarbolar el tricolor en el Arco del Triunfo. Lo que ha hecho usted es el mejor ejemplo de lo que la voluntad y el tesón son capaces y es ejemplo para todos.
Alrededor de éxitos como el de Egan es que nos debemos unir y aprovechar para también entender que debemos apoyar a los mejores porque así construimos un mejor país y contribuimos al futuro de nuestro pueblo, que nos es otro objetivo que el de hacer un país con mayores posibilidades para nuestros hijos.
Los buenos ejemplos debemos seguirlos y servirnos de brújula de nuestro propio mañana. Solo así podremos tener un mejor país y construiremos mejores posibilidades para nuestro futuro.
La honestidad, compromiso, responsabilidad y dedicación le permitieron a Egan hoy estar como campeón de uno de los principales eventos deportivos del mundo. En el futuro nos dará mayores satisfacciones y triunfos.
Que Colombia y los colombianos lo tengamos de ejemplo en cada una de nuestras actividades o acciones.