Finlandia comparte más de 1.300 kilómetros de frontera y una historia accidentada con Rusia desde que el viejo imperio, en 1809, conquistó su territorio convirtiéndola en un gran ducado autónomo bajo el mando de Alejandro I, hasta que declaró su independencia en 1917. En 1939, antes de la segunda Guerra Mundial, Stalin llegó a un acuerdo con Hitler mediante el cual Finlandia quedaba bajo la esfera de influencia de Rusia, por lo que el Kremlin quiso instalar bases militares en su territorio, a lo que Finlandia se negó. Al final de la Segunda Guerra Finlandia se comprometió a mantener amistad con la URSS y guardar neutralidad.

Ahora Finlandia anuncia, por boca de su presidente Sauli Niinistö y la primera ministra Sanna Marín, la decisión de ingresar a la OTAN, lo que provocó la reacción casi instantánea de Putin quien aseguró que el ingreso del país nórdico a esa Organización “será una amenaza y no hace más estable ni más seguro el continente europeo.” Y lo propio acaba de hacer Suecia, por lo que Rusia amenazó con medidas “técnico-militares, como de otra clase, con el fin de contrarrestar las amenazas que surjan contra su seguridad nacional” En el mismo sentido, el ministro de relaciones exteriores anunció también “la perspectiva de despliegue a territorio sueco de armamento ofensivo.”

Recordemos que Rusia había manifestado su oposición, ante las primeras versiones, a que Finlandia y Suecia se integraran a la OTAN, incluso alcanzó a anunciar el uso de armas nucleares en caso de que esa posibilidad se diera.

Lo anterior significa que la invasión de Rusia a Ucrania constituye una amenaza a la seguridad de los países fronterizos sobre los cuales la antigua URSS ejercía una gran influencia. Lo que Putin no ha podido admitir es que hoy son países soberanos e independientes que han practicado el principio de la neutralidad en su política exterior pero que el Kremlin quiere tratar como colonias o como protectorados. La verdad es que frente a una Rusia en declive, Putin lo que busca es recapturar el poder territorial que tuvo la URSS; es un intento por recuperar el estatus de superpotencia para lo cual se apoya en la nostalgia de su antiguo poder, en la amargura de sentir a Rusia relegada a una categoría que no es la de superpotencia. La manera neurótica como ha reaccionado Putin frente a la decisión de dos países autónomos es degradante para su propio régimen porque, de persistir en esa actitud, socaba la estabilidad y la paz de Europa.

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El gobierno de Estados Unidos acaba de flexibilizar de manera limitada algunas acciones impuestas contra Venezuela, entre ellas la relacionada con la petrolera Chevron, decisión que está “vinculada a un acuerdo entre ambas partes para reanudar las conversaciones en México con el fin de encontrar alguna solución a la crisis política venezolana”. Se trata de una licencia concedida a la Chevron para negociar petróleo en el marco del embargo al crudo venezolano y la crisis de Rusia con Ucrania.