La esperanza para la nación | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Diciembre de 2021

“Es imposible gobernar una nación sin Dios y una Biblia”. Frase comúnmente atribuida a George Washington.

La esperanza de una nación no puede estar únicamente en un líder político o en un sistema de gobierno.  A pesar del líder, o del sistema de gobierno, la verdadera esperanza de una nación está en Jesucristo, el Señor, y Su verdad.

Jesús puede transformar corazones, hacerlos nuevos y también puede cambiar naciones. Europa  y Estados Unidos, entre otros, son testigos como en su historia la verdad divina ha iluminado sus corazones y sociedades. 

Lutero y Calvino, además de otros personajes, son el ejemplo de como Jesús, puede iluminar vidas y naciones. Los principios de Jesús son un arma poderosa para transformar culturas, pues están revestidos del poder de Dios.

En Noruega, por ejemplo, Hans Nielsen Hauge, un granjero piadoso que recorrió el país en esquíes compartiendo acerca de Jesús y sus principios, y quien vivió entre el siglo XVIII y el siglo XIX, fue un ejemplo de como un hombre que le cree a Dios puede contribuir a que las cosas cambien en su nación, puede ser instrumento de transformación en las manos de Dios.

Antes de que Hauge empezara a predicar con pasión de Jesús en Noruega, había hambre y pobreza en la nación. Sin embargo la verdad de Jesús predicada por  Hauge, preparo el camino para grandes cambios para el país, y produjo esperanza, salvación y prosperidad.

De manera similar Jesús, por medio de hombre como Lutero produjo grandes cambios en Alemania, al colocar la Biblia al alcance de todos, al traducirla al alemán.  O los cambios impulsados en Ginebra Suiza por Calvino, en donde sus sermones dominicales se convertían en ordenanzas del Concejo para la ciudad.

También, podemos citar el avivamiento y la transformación que ha tenido Corea del Sur, al pasar de la pobreza a la prosperidad, gracias a la fe masiva en Dios que se ha propagado con vigor desde hace, al menos, 50 años, y haciendo de esta nación  una de las que más misioneros envía al mundo. (Ver El libro que transforma naciones, Loren Cunningham y Janice Rogers.)

Asimismo, tenemos el caso de Uganda, que paso del imperio de la brujería, la violencia y el Sida, a la fe en Jesús, la paz y menores niveles de contagio de Sida gracias al poder de Dios interviniendo y teniendo misericordia de esta nación.

Si Jesús ha sido esperanza para estas naciones. También lo puede serlo para Colombia. Colombia puede cambiar, hay esperanza para nuestra nación, solo debemos volvernos de corazón a El y hacer de El nuestro refugio y de su verdad nuestra guía.

@feliperangel81

*Politólogo Universidad del Rosario.