La democracia está en crisis. Ya no se le cree. Es verdad.
Tal vez nos encontramos ante lo que el sociólogo francés Revel comentó en su momento que: Cuando nos diéramos cuenta, la democracia como sistema político tan solo sería un punto en la línea de la historia.
Después de lo que pareció como un triunfo desde la segunda guerra mundial, con la llegada del siglo XXI, el auge del Internet, el socialismo bolivariano del Siglo XXI en la región sudamericana en cabeza del inefable Hugo Chávez Frías, la democracia como sistema político entró en crisis existencial.
No parece que el mundo en general vaya hacia la democracia. El dogma que la democracia es el mejor sistema político está en duda. Los últimos eventos acontecidos en Ecuador, Chile y Bolivia, son una muestra de ello.
Las democracias tienen enemigos internos y externos que actúan en simultánea, los cuales van socavando el ambiente de tal forma que se genera el caos generalizado por cuenta de la insatisfacción de los ciudadanos, quienes no ven ni sienten que el gobierno de turno solucione sus problemas esenciales. Todo lo contrario. Pareciera que en vez de solucionarlos se agravaran.
Por un lado se encuentra la ineficiencia de los servicios públicos: salud, educación, transporte, los cuales no dan abasto para atender las necesidades.
De otra parte, la decadencia de la clase dirigente en general, tanto a nivel público como privado, a quienes solamente les interesa cuidar sus propios intereses.
Si a todo lo anterior le agregamos la crisis de los partidos políticos de diferentes colores, con diferentes recetas, hace que nos encontremos ante una democracia sin partidos, como lo comentaba Álvaro Gómez Hurtado, porque los partidos se dedicaron a ser cómplices del gobierno de turno sin importar si es de izquierda, de derecha, conservador, liberal, comunista, socialista. Sólo les interesa compartir las migajas de la torta democrática. Tú, me das, yo te doy.
Viene, entonces, el cansancio de la gente, la decepción, la desconfianza del ciudadano de pie. Viene la abulia o el sentimiento que da lo mismo votar por el uno o por el otro.
El auge del movimiento Vox en España se debe, precisamente, a la carencia doctrinaria del Partido Popular sumado a la insatisfacción general de los españoles de sus partidos políticos, los cuales en vez de mejorar la calidad de vida, la han empeorado.
¿Es necesario salvar la democracia?
Si, o estaremos abocados en el continente suramericano a vivir de los caudillos que tanto mal le hicieron y le hacen al continente, como lo fue Hugo Chávez, Evo Morales, los Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Correa en Ecuador y Ortega en Nicaragua, quienes se creen intocables e indomables causando todos los males que nos circundan en estos momentos.
El caso argentino es patético, por lo demás. No solamente, el populismo peronista los llevó a la ruina sino que no contento con ello, el populismo peronista, elige de nuevo a los K.
Porque no nos digamos mentiras. La democracia colombiana, tal cual como lo conocemos, está en graves amenazas por cuenta del paro nacional convocado para hoy.
Puntilla: ¿La Casa de Nariño necesitaba un exorcismo? No solo la Casa de Nariño sino toda América Latina, en general.