JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 30 de Marzo de 2014

De nunca acabar

 

Y  nos miramos el ombligo, como siempre. Los petristas por defender a Petro hubiesen preferido desmotar todo el sistema disciplinario del país, soportar las incontables demandas que iban a ser instauradas por cuanta de las actuaciones pasadas de la Procuraduría y echarse encima a más de medio país que no entiende de leguleyadas y estaba inconforme con la famosa tutelatón que no hizo más que desgastar el poco sistema judicial que nos queda.

Los uribistas por el otro lado, parece que hubiesen preferido que Petro siguiera en el poder, porque tienen el fantasma electorero hasta en la sopa, nada les parece bien y todo es un complot. Es la historia de nunca acabar.

Y entonces lo mejor es desconocer todo el sistema constitucional del país y decir que tenemos que hacer una constituyente, para que lo que ha pasado no se repita, sea lo que sea que haya pasado, aunque los uribistas quisieran otro período de Uribe, y los petristas que Petro pudiese ser presidente y los seguidores de Ordóñez que pudiésemos tener otro papa para nombrarlo. Y a nadie le importa que en medio de todo llevamos más de veinte años y aún seguimos diciendo que el problema es que no hemos cumplido ni la mitad de lo que escribimos en nuestra Carta Magna, porque la que está escrita es perfecta, a pesar de los problemas que tiene.

Y ahora Petro sale a las plazas públicas a prometer un cambio, porque ahora sí debe haber paz, con la nueva constituyente, aunque él es el fruto de la del 91, pero no es suficiente porque lo destituyeron, aunque la Constitución decía que sí, que sí podían destituirlo, porque aunque la Comisión dijo lo que dijo, está escrito en la Constitución que el Procurador sí podía, así como Petro dijo que podía hacer lo que hizo con las basuras. Porque podía. Pero lo escrito no es suficiente para los malos perdedores.

Y por eso los uribistas están locos también. Porque el problema es que Santos desconoció las recomendaciones, aunque Uribe dice que desconozcamos a La Haya, pero ahora es por las elecciones, no porque haya que defender a la institucionalidad. Y es porque está en campaña que puso a Pardo, aunque a decir verdad, Pardo es el peor de todos si de campañas políticas se trata. Dejemos la pendejada y miremos un poco más allá. A estas alturas no podemos seguir mirándonos el ombligo.

@juandbecerra