JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 16 de Marzo de 2014

Y al final es igual

 

Hace cuatro años escribía en este mismo espacio que las altas votaciones por el PIN eran el resultado de las malditas costumbres políticas de un país que ha preferido privilegiar la ignorancia y la pobreza. Hoy las palabras no serían diferentes, pero incluirían a muchos otros partidos políticos. En cuatro años no hemos cambiado ni un poco, seguimos siendo un pueblo miserable y eligiendo como si sólo nos dedicásemos a definir quién debería ser nuestro verdugo y no nuestro destino.

Y todos salen diciendo que están orgullosos, que somos un país democrático, que esta es una maravillosa feria de libertad. Pero en el fondo todos sabemos que no es cierto, que elegimos a un montón de buenos para nada que se sentarán en el Capitolio Nacional a esperar iniciar el próximo escándalo y que las soluciones de los grandes problemas de nuestro país no surgirán espontáneamente de aquellos que se convirtieron en nuestros nuevos padres de la patria.

Y lo peor acabó siendo que el voto de opinión terminó cooptado por el uribismo, cuando ha sido quizá en los últimos tiempos la mayor maquinaria de politiquería en nuestro país. Así que ya no es sólo que los gamonales se encargan de mantener a las regiones entre la miseria sino que la opinión se divide entre más de lo mismo y las peores historias recientes de nuestra realidad política.

Y la izquierda ya no hizo nada y se encargó de encerrarse en su pequeña y minúscula esfera; y la independencia de la que hablaban la perdieron defendiendo lo indefendible; y asumieron que la politiquería venía sólo del establecimiento cuando ellos también han sido el establecimiento y por eso Bogotá está como está.

Y ya es claro que la parapolítica no es un fenómeno desaparecido y que es suficiente con ser amigo de la Gata para tener un escaño en la Cámara o el Senado. Y también nos dimos cuenta de que el voto no es la demostración del inconformismo, sino una estrategia para acabar con los partidos pequeños; y que todos los números que vienen apareciendo en televisión no sirven absolutamente para nada.

Pero bueno. Simplemente es lo mismo que hace cuatro años, con casi los mismos asistentes y uno que otro colado que no cambia mucho las cosas. Y como siempre a todos los robaron y tendremos varios años de denuncias por delante. Pero quedémonos con que fue una fiesta de la democracia, de repente así todo será más fácil.

@juandbecerra