Juan Daniel Jaramillo Ortiz | El Nuevo Siglo
Lunes, 23 de Febrero de 2015

DD.HH. Y VERDAD CIENTÍFICA

Mineducación: a investigar

El  debate público que rodeó el caso sobre adopción por parte de parejas del mismo sexo en la Corte Constitucional reconfirma la mediocridad analítica de nuestros medios. Pero también de la academia y dentro de ella la capacidad desvergonzada de una universidad de presentar testimonios falsos  ante una instancia jurisdiccional.

No afirmo aquí si estoy o no de acuerdo con la adopción. Quizá no me agrade desde el punto de vista estético. Ya tuve una experiencia desagradable hace 13 años. Cuando todavía era tabú referirse al tema de la unión civil entre homosexuales, de una conversación entre el expresidente Alfonso López Michelsen, amigo, surgió la idea de que él, liberal, y yo, conservador, apoyáramos en sendas columnas esta posibilidad fundados en la normatividad internacional existente. Recuerdo que, funcionario yo de la ONU, solicité autorización para emitir opinión personal y envié el texto a mi superior quien dio de inmediato su aprobación por tratarse de una invocación de la Carta Universal de DD.HH. y desarrollos de la Corte Europea de DD.HH. Las dos columnas aparecieron en El Tiempo (abril, 2002).

Esta columna me graduó ante lectores superficiales -algunos de ellos periodistas- de homosexual confeso. Me lo había advertido Alfonso López quien, sin embargo, me invitó a hacerlo. Y dejamos los dos una constancia valerosa en un debate presidencial donde el candidato Álvaro Uribe supo pedir no discriminación mientras Horacio Serpa se escabulló en sus conocidos retruécanos de quinta categoría.

Entonces que quede claro: soy célibe estricto y absoluto como muchos sacerdotes deberían serlo -por razones felices que sólo me pertenecen a mí- y no estoy en trámite de adoptar a nadie con una supuesta pareja de igual sexo que no tengo ni tendré jamás.

Dicho esto, me permito preguntar si el investigador Pablo Arango de la Universidad de La Sabana encontró en su faena el estudio más extendido y profundo que existe hasta hoy sobre adopción de este tipo. Se trata del USA National Longitudinal Lesbian Family Study que se inició en 1986 y continúa hoy. Sus resultados en casi 30 años indican sin embargo que “los hijos de parejas de madres lesbianas muestran más altos niveles de competencia social y académica y en general mayor competencia personal, menos rompimiento de normas establecidas y menos agresividad que los nacidos en parejas heterosexuales”. Esta conclusión está validada por decenas de investigaciones en Europa que han servido de base a la aprobación de leyes sobre alternatividad familiar. Repito: me interesa únicamente verdad científica y derechos humanos que se ajusten a ella.

Por esta razón me compunge lo que ha hecho la Universidad de La Sabana, pese a los desdichos del rector Velásquez que no creo un ápice. Es que esta es una oportunidad magnífica, como lo ha pedido la representante Angélica Lozano, para llevar la lupa a esta institución. Allí tenemos una rueda suelta en la educación superior colombiana que anda a su antojo. Existe en su seno una superclase, conformada por numerarios y supernumerarios del Opus Dei, que son los beneficiarios de promociones, ventajas y becas. El  Estado llano de profesores trasiega a la intemperie.

Se aceptan y promueven docentes con títulos de doctorado de instituciones no únicamente sin acreditación nacional o internacional sino con señalamientos de falsedad. Como el de un exdirector del Departamento de Ciencia Política, actual profesor, obtenido en la tal Bircham International University, fantasma que vende títulos y enfrenta señalamientos en todo el mundo. Este venerablescholar, con sus padrinos detrás, se reviste de la autoridad para vetar títulos de universidades Ivy League  e hizo de la ciencia política una combinación de homeopatía y música carranguera. Estudios muestran normalidad de hijos de parejas del mismo sexo.