Y crisis de Ucrania
En el conflicto de Ucrania muchas de las informaciones que se difunden en los medios de comunicación son basadas en la visión de los intereses geopolíticos de EE.UU. y de la Unión Europea, donde se muestra a Rusia como una potencia que busca a través de las demostraciones bélicas revivir su pasado expansionista.
Por lo tanto, se le atribuye a los rusos la inestabilidad política de Ucrania. Pocos analistas se han detenido a examinar que el problema de fondo de la crisis y de las tensiones en las relaciones de Estados Unidos y la UE con Rusia, obedece en gran parte a la política expansionista de la OTAN hacia las áreas de influencia de Rusia y a sus intereses en el control de las reservas de petróleo y gas del Cáucaso y el Mar Caspio.
Tampoco se han detenido a analizar que las sanciones económicas de EE.UU. y la UE, en contra de Rusia por la reincorporación de Crimea y su apoyo a los movimientos separatistas, buscan estrangular la política petrolera rusa para luego redefinir un nuevo orden en la seguridad energética de Europa y, así sacudirse de la dependencia energética de Moscú.
De manera que muchos editorialistas analizan la crisis de Ucrania desde las perspectivas de los intereses de EE.UU. y Europa, pero sin detenerse a mirar el papel que está jugando la OTAN en el conflicto. El exsecretario de Estado de EE.UU., Unidos Henry Kissinger, ha dicho que “la OTAN no ha comprendido que para Rusia, Ucrania no es un país extranjero, porque la idea de la creación de un Estado ruso nació en Ucrania”. En su opinión “Ucrania ha sido Rusia desde hace siglos”. Estas palabras de Kissinger ponen en contexto los nexos históricos de rusos y ucranianos.
Ucrania es el último eslabón del cinturón de seguridad de Rusia frente a la expansión de la OTAN hacia su territorio. Los rusos están rodeados por más de 27 bases militares de la OTAN en Europa y Asia. Por eso para el Kremlin la incorporación de Ucrania a la OTAN significa una grave amenaza para su seguridad. La OTAN con la estrategia de frenar la amenaza nuclear de Irán ha desplegado la ampliación del sistema de seguridad de Europa hacia el Este. Lo controvertido de su política expansionista hacia la órbita rusa es que con ella violó el acuerdo que habían suscrito EE.UU. y Rusia en 1990, donde se estipuló que la OTAN no ampliaba su dominio hacia el Este.
Pero después del colapso de la URSSen 1991, EE.UU. y sus socios de la OTAN cambiaron las reglas del juego y comenzaron a desarrollar una agresiva política de ampliación del teatro de operaciones hacia los países que habían formado parte de la Cortina de Hierro. En consecuencia, violando las estipulaciones del acuerdo lograron que países que habían formado parte del Pacto de Varsovia como Polonia y Hungría ingresaran a la OTAN.
Luego continuaron con la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Letonia, Lituania, Estonia, Croacia, Rumania y Albania. En los últimos años las más polémicas pretensiones de nuevas adhesiones han sido las de Georgia y Ucrania.
En el caso de Georgia generó en el 2008, la llamada crisis del Cáucaso cuando los rusos para oponerse a su ingreso a la OTAN lainvadieron con el pretexto de que apoyaban la independencia deAbjazia y Osetia del Sur. La crisis política en Ucrania no es producto del expansionismo ruso, sino consecuencia del expansionismo de la OTAN hacia las goteras de Moscú.
Twitter: @j15mosquera
*Periodista