¡Por ahí es la cosa!
Interesante y productivo, con nutrida participación, resultó el XI Congreso de Infraestructura realizado, durante tres días en Cartagena, la semana anterior, bajo la coordinación de Juan Martín Caicedo Ferrer, con la participación del presidente Juan Manuel Santos, del vicepresidente Germán Vargas Lleras, de importantes conferenciantes y conocedores del tema, entre ellos los expresidente César Gaviria, Felipe Calderón de México y el español Felipe González, tan cercano siempre a nuestro país.
Pero esa no es la noticia, sino conocer cómo se está desarrollando en muchos frentes un trabajo sostenido del sector público, con el concurso del privado para la realización de importantes obras en muchas áreas del territorio nacional para concretar obras importantes que beneficiarán la vida de los colombianos y la movilidad, indispensables si queremos la modernización del país, el funcionamiento de los puertos marítimos y aéreos, las facilidades para el transporte de mercancías de importación y exportación, reducir las distancias entre puntos claves y mostrar la Colombia que queremos. Esta es la apuesta positiva por la inversión y el desarrollo. La paz no se aclimatará con un acuerdo, que ojalá se logre con las Farc, si no persistimos en las indispensables obras de infraestructura para la integración que se vinculan con mejor justicia, empleo, educación, salud y vivienda.
La próxima inauguración de los cinco túneles en la vía Bogotá-Villavicencio, desempantanar la finalización del de “La Línea”, la ampliación y adecuación de los aeropuertos de Barranquilla y Santa Marta, la pavimentación de vías secundarias, la construcción de las carreteras de la Prosperidad, la conexión de Antioquia con el Valle del Cauca, la perimetral del Oriente de Cundinamarca, la concreción de autopistas, la doble calzada Buga-Buenaventura, el resurgimiento de ferrocarriles, que los ríos sean motor del progreso del norte al sur, el proyecto CAN en Bogotá, lo referente al impulso a la vivienda, para no mencionar sino algunas de las obras por ejecutarse o en ejecución, invitan a que se renueve la esperanza.
A veces nos mostramos incrédulos. No es precisamente la verdad lo inherente a los anuncios oficiales, en distintos niveles, en referencia a un programa estructurado y sólido de Obras Públicas, cuando después de decenios la carretera Mocoa-Pasto, sigue en el limbo, para citar una que es básica para importantes regiones ahora intransitables. Sin embargo, la buena voluntad y el interés del vicepresidente Vargas Lleras son inocultables y quienes estuvieron en el Congreso de Infraestructura salieron con favorable impresión de lo tratado. Falta información para que todos nos enteremos de las distintas obras en detalle y los medios son claves de la permanente comunicación acerca del adelanto de éstas. Podemos disentir en temas políticos pero, en cuanto al esfuerzo en infraestructura, señalamos con entusiasmo: ¡por ahí es la cosa!