¿Crisis en la justicia?
En Colombia hemos gozado de una buena administración de justicia. Tenemos un cuerpo de jueces comprometidos, independientes y trabajadores. Así lo indica el índice de productividad y evacuación de los asuntos que se someten a la decisión judicial.
Que hay que hacer reformas, por supuesto; en esta y en todas las ramas, hay que mantener una revisión permanente a fin de lograr su mejoramiento institucional y funcional en todas las épocas. La rama judicial clama una reforma desde hace varios lustros, pues muchas de las modificaciones que introdujo la Constitución del 91 ya piden algún ajuste o modificación, lo que tiene que ver con la integración, con el gobierno de la rama, etc.
Los recientes episodios que han ocurrido en relación con los viajes de algunos magistrados, no tienen por qué ensombrecer la justicia. No son tan relevantes como el impacto mediático los ha presentado. En primer lugar, los permisos están autorizados en la Ley Estatuaria en su artículo 144 desde 1996 y se conceden por causa justificada. ¿Quedó muy amplio el criterio? Es verdad. La mayoría de los magistrados hemos utilizado los permisos, de pronto algunos con más laxitud que otros para calificar la causa justificada; cada cual responderá en su momento por su actuación y el motivo de su utilización. Pero de allí a sostener que por ello la justicia está en crisis es un despropósito, un oportunismo exagerado. Tampoco para descalificar a la Presidenta de la Corte Suprema que siempre se ha caracterizado por su buen desempeño en el cumplimiento de su deber o a los demás magistrados del Tribunal de Bogotá o Villavicencio, todos personas serias y trabajadoras. Lo que hay que hacer es reglamentar la Ley Estatuaria para delimitar el uso de los permisos, que en la mayoría de las veces son necesarios. Lo que sucede es que en estos casos aprovechan los que han estado sub judice para denigrar de la justicia, a manera de retaliación. Que no se confunda la gente, son cosas diferentes.
La justicia ha sido efectiva contra las mafias, a la Corte no le tiembla la mano para extraditar, para condenar a altos personajes de la política y del poder que han infringido la ley, todos los guerrilleros principales tienen condenas de la justicia. Basta mirar los años recientes paro observar cómo la rama jurisdiccional ha sido el soporte de la democracia.
La reforma debe venir a tocar puntos importantes que hay que ajustar, que han alterado su funcionamiento; evitar la politización es un tema trascendente, mejorar su gobierno es también urgente, pero no hay que confundir los problemas reales, con situaciones circunstanciales.