La Bolivariana y el 20 de julio
“Homenaje a protagonistas y mártires de la Independencia”
Un pueblo sin historia es como un árbol sin raíces, es decir sin aquello que le da pujanza, colorido y esplendor. Las comunidades sin historia son hordas o montoneras. Por eso fue tan significativa la sesión extraordinaria dela Sociedad Bolivariana de Colombia presidida dinámicamente por el ex embajador Miguel Santamaría Dávila para recordar el emocionante 20 de Julio de 1810, fecha crucial en la vida autónoma y soberana de nuestra entrañable Patria.
Antonio Cacua Prada y Paulina Espinosa de López hicieron vibrar al nutrido y calificado auditorio con sus espléndidas intervenciones. El académico Cacua, uno de los investigadores más serios y fecundos del país, entregó un libro denso y sustancioso sobre Don Francisco Gómez, hombre clave de esta fecha luminosa.
En mi Diccionario de la Historia de Colombia, obra que lleva 12 ediciones realizadas por el prestigioso sello Plaza & Janés, afirmo: Si el que seamos un Estado de Derecho ha sido la culminación de un trascendental proceso político, jurídico y cultural, también el 20 de Julio de 1810 tuvo apasionantes episodios antecedentes, concomitantes y consecuentes. Recordemos solo algunos hechos esenciales. El levantamiento y feroz linchamiento de los líderes comuneros, el estremecedor y revolucionario memorial de agravios del Demóstenes colombiano “Don Camilo Torres”, se pensó que con la invasión napoleónica a España y Portugal, América quedaría libre; en 1809 encarcelaron a varios próceres como Antonio Nariño. El virrey Antonio Amar y Borbón –coronel despótico- hizo más cruel e insoportable la persecución contra los que agitaban ideas de libertad.
Con el grito de Independencia se logró lo siguiente: La totalidad de las 15 provincias se sublevaron y formaron grupos de gobierno contra la monarquía. Surgieron dos bandos, los amigos y los adversarios de España. Con franqueza se mandó al diablo a los gobernantes hispanos. Arrojaron a las calles al virrey y los virreyes. Luego privaron de su libertad a estos dos exfuncionarios, el fiscal y a otros funcionarios destacados. El pueblo le abrió las puertas de la cárcel al canónigo Andrés Rosillo. La dirección de la Nueva Granada estuvo a cargo de unos patriotas. Según Antonio Cacua Prada y otros historiadores como Horacio Rodríguez Plata, los próceres del 20 de julio de 1810 fueron, entre otros, los que siguen: José Acevedo y Gómez, Manuel de Pombo, Frutos Joaquín Gutiérrez, Andrés Rosillo, Joaquín Camacho, José Miguel Pey, Francisco Morales Fernández, -estudiado a fondo por Antonio Cacua-, Miguel Pombo, José María Carbonell.
El júbilo, la alegría y el orgullo de los neogranadinos duro muy poco tiempo. Para la monarquía española, América representaba toda su fuerza financiera, económica y política. El gobierno de la península escogió un ejército poderoso, al mando de Pablo Morillo, para recuperar, someter y seguir explotando a la Nueva Granada.
La meritoria historiadora –autora de numerosos libros-, académica de número Adelaida Sourdis Nájera ha elaborado varios estudios sobre el comportamiento sanguinario de Morillo en Cartagena y Santa Fe de Bogotá para humillar y esclavizar a dirigentes y pueblo raso. Adelaida Sourdis cita, entre otros, los siguientes mártires de Cartagena: José María Toledo, Manuel del Castillo, Martín Amador, Miguel Díaz Granados, José María Portocarrero. A éstos se les llama “Mártires de Cartagena”. Se repite que el espectáculo de Cartagena fue escalofriante. Lo que ocurrió en Santa Fe, fue dantesco.