Horacio Gómez Aristizábal | El Nuevo Siglo
Sábado, 20 de Junio de 2015

Dos países que se transforman

 

Es importante morir por la patria, pero también tiene enorme trascendencia “vivir”, para luchar por su “grandeza”. En uno de mis libros analizo el equilibrio que se debe guardar entre la “tradición” y el “progreso”. Estamos atados al pasado por la gloria de nuestras grandes figuras, pero la ejecución de hechos extraordinarios en la época presente, nos llena de orgullo y nos impulsa para conquistar metas maravillosas. En el pretérito, paraguayos y colombianos hemos sufrido episodios dolorosos -guerras, frustraciones, satisfacciones y caídas- pero no nos hemos quedado ni en el fondo del abismo, ni petrificados ante el polvo de la derrota.  De Bolívar dijo Pablo Morillo que era más temible “vencido que vencedor”. También Paraguay y Colombia, gracias al empuje, coraje y creatividad de nuestros pueblos, hemos sabido situarnos a grandes alturas en cuanto a progreso, convivencia y civilización se refiere.

Hubo una época en América -y aun en el universo mundo- en que los conflictos con el adversario se resolvían encarcelándolo, desterrándolo exterminándolo. Una de las más prodigiosas conquistas del derecho en la época que vivimos es solucionar las discrepancias políticas, económicas y sociales por la vía pacífica.

Claro que existe lo que los abogados llamamos el sagrado derecho a la legítima defensa para hacer respetar nuestra dignidad, nuestro honor y la supervivencia. Paraguay, gracias a Gaspar Rodríguez Francia (1813-1840) evitó que la nación fuera avasallada o sojuzgada. Sin embargo, no podemos negar la belicosidad y el guerrerismo de nuestros pueblos, hoy casi superados por completo.

Ricardo Scavone, dinámico embajador del Paraguay en Colombia, ha puesto en circulación una nueva edición de un prestigioso volumen titulado Escamas del Paraguay, escrito por ese insuperable escritor que fue Germán Arciniegas. El volumen está prologado por Juan Gustavo Cobo Borda y tiene una importante introducción del embajador Ricardo Scavone Yegros. Los textos de Germán Arciniegas son embrujadores y ontológicos. Se refieren en buena parte al heroísmo demostrado por los paraguayos cuando se enfrentaron a Brasil, Uruguay y Argentina. Época en que romántica y apasionadamente se pensaba que nada igualaba a la felicidad de morir por la patria. Córdoba, prócer descomunal en la independencia de América, al rebelarse contra Bolívar y al constatar la superioridad de su contrincante, en lugar de aceptar el diálogo con el adversario exclamo con aire marcial: “Vamos a la guerra y si es imposible vencer, no es imposible morir”.

Lo primero que asombra en América es la voluntad indomable de perdurar, progresar y triunfar. Muchas veces nos hemos equivocado. Nunca perdemos el coraje y la arrogancia. La convivencia ha creado nuevas costumbres, valores y tradiciones.

Paraguay, -Como Colombia- es posible que tengan dificultades. ¿Qué país del mundo no tiene problemas? Pero mejor que decir que Paraguay tiene dificultades, es decir que la nación está llena de oportunidades de lucha. La época de las dificultades es la época del optimismo, de la energía y del sacrificio... los escollos son para que una nación se supere y dé la medida de su alma.

Hoy se vive una época dorada en las relaciones colombo-paraguayas. Ricardo Scavone ha sido infatigable en multiplicar los convenios económicos, comerciales, culturales y políticos. Además, como historiador -miembro de nuestra Academia de Historia y de otras instituciones similares de América- ha impulsado los lazos culturales con fortaleza excepcional.