HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Domingo, 6 de Octubre de 2013

CAMBIOS POSITIVOS

Dinamismo de la mujer trabajadora

El  feminismo lucha por la igualdad de oportunidades de la mujer en relación con el hombre, en la vida privada como en la pública. Desde el Renacimiento mujeres audaces pidieron el derecho de la mujer a cogobernar. En la Revolución Francesa varias damas exigieron oportunidad para actuar en la política, pero no fueron oídas.

Con motivo de la primera Guerra Mundial, los hombres salieron de las oficinas, las fábricas, el campo, a empuñar las armas. Sus puestos vacantes fueron ocupados por mujeres. Ellas demostraron su madurez, su responsabilidad y su idoneidad. En 1920 muchos Estados les reconocieron el derecho al sufragio. En algunas comunidades no tiene especial acogida el trabajo femenino, por el problema de los embarazos, el alumbramiento y la maternidad. Estos episodios le restan continuidad a la labor femenina y crean dificultades.

El aumento incontrolable del costo de la vida obligó a las parejas a buscar un segundo ingreso con el trabajo de la mujer, para mantener sus condiciones de subsistencia. Esto amplió la aceptación social del trabajo femenino y demostró que las mujeres pueden desempeñar con igual eficiencia los trabajos que generalmente se habían reservado los hombres.

Uno de los campos en que se ha experimentado un gran cambio es el de la educación. Las universidades fueron hasta no hace mucho tiempo lugares a donde solo acudían los hombres. Hoy todo ha cambiado. Un número enorme de mujeres busca  la universidad para capacitarse. Cuando inicié mi carrera todos éramos hombres. Al volver a la Universidad La Gran Colombia como profesor, ya la mitad eran mujeres. Con el cambio en la educación vino el cambio en el trabajo. La mujer en el trabajo aumenta rápidamente y con muy buenos resultados. Numerosas damas  postergan la fecha de matrimonio para terminar  sus estudios. La costumbre de ver a la mujer solo en casa y el hombre en el trabajo quedó atrás.

El nuevo ambiente en que se levanta la mujer ha contribuido a una mayor libertad femenina. El no depender económicamente de los varones la ha hecho más independiente. En lo sexual la mujer actúa con más autonomía.

Naciones Unidas en estudios recientes expresa que la mujer es discriminada en cuanto a los salarios que recibe y en los cargos que se le asignan. En el Japón el hombre gana más que la mujer. En Asia los hombres devengan sueldos un 65 y un 70 por ciento más que los de la mujer. Por lo general se entregan a las mujeres las tareas mal pagadas y de exigua productividad. A la mujer hay que agregarle la jornada agotadora del hogar. Comida, limpieza, crianza de los niños y otros menesteres. En el sindicalismo la discriminación de la mujer es clara. Los sindicatos han sido cotos masculinos, ambiente para varones. La ONU dice que solo un 25 por ciento de las mujeres que trabajaban se afilia a sindicatos.

En la política la mujer está muy pobremente representada en las esferas destacadas. En Colombia, según el DANE, el 4 por ciento de cargos con poder decisorio, lo desempeñan mujeres. En el mundo el 10 por ciento de las damas son parlamentarias.

En los congresos mundiales de mujeres como el de Beijin, las opiniones se dividieron respecto a temas claves: el aborto, el matrimonio gay, la eutanasia, la educación  sexual y otros asuntos muy vidriosos.