La Comisión de la Verdad, que preside el respetado y respetable jesuita Francisco De Roux, con el fin de ajustar los datos que está recibiendo, en ejercicio del encargo que le han hecho, para que consiga la verdad verdadera, de los episodios patéticos de la paz de este país, podría consultar, como auxilio válido, el resumen destacado que contiene el texto que Enrique Santos Calderón acaba de publicar, evocando las consultas y entrevistas publicadas en la revista que el dirigió en la década del 74, en adelante: “Alternativa”, un medio que discrepó del monopolio de la prensa y, sustentando, una misión periodística ajena a los intereses de las clases dominante; se ocupó de divulgar los “papeles” trascendentales del teatro que se escenificaba políticamente para acaparar el poder público. Es un libro útil para quienes no conocen la obra de Henao y Arrubla: la cartilla que en la infancia de mi generación, en los colegios nos exigían que leyéramos para que nos arrimáramos a la realidad de esta “Republica”. Son obras parecidas.
Nuestra historia es una leyenda. Lo que Ernesto Samper acaba de declarar lo conocí, oportunamente, cuando entrevisté a Fernando Botero Zea, quien alegaba que el delito que se le imputaba era un delito político. Más tarde defendí al Coronel German Osorio, jefe de seguridad del Presidente Samper, a quien imputaron, desde la Fiscalía, arbitrariamente, para forzarlo a declarar contra su jefe. Fue absuelto, del abuso cometido por la justicia de Valdivieso, gracias a la Corte Constitucional. Sentencia T-432/97.
Siendo Procurador hice una investigación solicitada por el presidente Barco, que permitió acreditar los vínculos del ejército con los “paramilitares”. Ese informe no me lo admitieron y me obligaron a renunciar. 5-30-1989. Por no obedecer me castigaron, abriéronme una investigación por enriquecimiento ilícito, con fundamento en un anónimo y el caso prescribió sin prueba alguna: ¡por ridículo!
Llevo siete años reclamando mi pensión y las contradicciones judiciales no tienen explicación, espero que la constitucionalidad sentencie la verdad. Un último suceso tiene que ver con una acción de tutela, mediante la que reclamo la defensa de mis derechos atropellados por la secretaria de movilidad. Los jueces no atienden esa garantía, niegan su viabilidad, pero lo más sorprendente es que sostengan que no sustenté los recursos interpuestos y en uno y otro juzgado niegan la existencia de los documentos que conservo en mi poder: con la constancia del recibido. ¡Es la justicia!
Resumo, simplemente, para comprender que el padre Francisco De Roux lucha contra las falsedades que, tradicionalmente, se construyen para esfumar la realidad de las causas oficiales que atropellan los, supuestos, derechos fundamentales de un Estado Social de Derecho. ¡Ojala que Dios lo proteja! y logre cumplir su loable vocación.
Se ha reiniciado la revista citada, pero ya no es una publicación del Enrique, es una revista de otras gentes, no con el ánimo de defender- se dice- las tesis sociales de izquierda, es todo lo contrario. Amanecerá y veremos.